El castigo no pasó por el tema deportivo, sostuvo con orgullo Jesús Corona, portero de la selección nacional, a quien le volvió la sonrisa al rostro tras reaparecer en la meta tricolor. Consciente de su buena actuación el pasado miércoles ante Venezuela, subrayó: “Mi objetivo es la titularidad en el Tri de aquí al Mundial de Brasil”.

El guardameta celeste tuvo problemas para contener su ira y es propenso a la violencia. En febrero de 2010 fue demandado por pelear en un bar en la ciudad de Guadalajara, lesionó a su rival en un ojo, con corte en la ceja y fractura de nariz, y por eso fue marginado del representativo mexicano.

Hace un año, en un partido entre Morelia y Cruz Azul, asestó tremendo cabezazo al preparador físico de Monarcas, enardecido porque lo observó golpear con alevosía a sus compañeros. Fue suspendido seis juegos en el torneo local y de nuevo quedó fuera de la selección que participó en la Copa Oro.

Ahora, un reflexivo Corona admite que libra una lucha, en la que mi mayor rival he sido yo mismo, y revela: He madurado. Tuve que cambiar algunos aspectos y hay que aprender de los errores que cometemos, tratar de no caer en lo mismo... Hoy estoy contento, siempre es motivante una victoria con la selección.

Asegura que el técnico nacional, José Manuel de la Torre, conoce sus progresos en conducta: “Lo sabe desde el momento en que me dio la oportunidad de regresar, lo hablamos con el cuerpo técnico. Además, está claro que (el castigo) no pasó por lo deportivo. Simplemente (me dijo) que aprovechara la confianza que me ha brindado.

–¿Tuviste que recurrir a algún sicólogo o terapia, ya ves que a los jugadores de Chivas con algún conflicto los mandan a Colombia?

–(Ríe) No, uno mismo. La familia ha sido parte importante a la hora de respaldar y hacerte saber lo que hacías mal.

–¿Muchos te dejaron solo?

–Algunos, solamente, como siempre pasa... Pero es importante que no caigamos más en eso. Uno debe aprender de lo que hace mal. Lo reconocí y trato de retomar el buen camino.

Sabe que en el Tri “siempre hay competencia, pero es deportiva y nos ayuda a crecer a todos. Una de mis metas es demostrar capacidad para estar como titular, pero somos varios: Alfredo Talavera, Guillermo Ochoa, (Luis) Michel, (Jonathan) Orozco y (Édgar) Hernández, que viene haciendo las cosas bien.

“Yo no he bajado mi nivel, pero últimamente mi mayor rival he sido yo. Ahora debo mantener el mismo trabajo, la intensidad. En este tiempo fue importante no bajar los brazos y tengo que sostenerme en esa posición. Sé que para lograrlo la base está en el esfuerzo que se hace día a día.

En la salida del Cruz Azul rumbo a Cancún para enfrentar al Atlante, Corona fue festejado por un grupo de admiradoras en el pasillo del aeropuerto capitalino. Ahí dijo que los Potros no son un rival fácil: Debemos tratar de cambiar la historia, quiero ayudar a mis compañeros y a la institución para demostrar en la selección el porqué la confianza en uno.