Sábado 28 de enero de 2012, p. a16
Volfi Mozart cumplió ayer 256 años.
La fiesta estuvo bien bonita: todo el día sonó su música. Y para el recalentado tenemos tres novedades discográficas, porque es un músico tan extraordinario que 220 años después de su muerte siguen apareciendo discos con su música.
De acuerdo con la numerología, Volfi Mozart posee, como parte de su cuadro numerológico, el número de un maestro: el 11, que resulta de sumar los dos últimos dígitos de su año natal: 56. Nació en 1756 y este 2012 suma otra vez 56 años, además de dos siglos de inmortalidad.
Entre los nuevos discos con obras del autor austriaco que circulan en México destaca el nuevo episodio de la Orquesta Mozart, que fundó en 2004 el maestro Claudio Abbado, quien también construyó la Orquesta Mahler y ha sido decisivo en la culminación en Venezuela (donde Abbado encontró la curación para el cáncer de estómago que padecía) del formidable proyecto de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles Simón Bolívar.
La Orquesta del Festival de Lucerna es otra de las creaciones de Abbado luego de que tuviera que abandonar, en 2002, su cargo como director titular de la Filarmónica de Berlín, debido al diagnóstico de cáncer. En su cura, entonces, destaca ahora su concentración en la música de Mozart y Mahler, siempre con músicos jóvenes, como es el caso del disco que ahora nos ocupa.
El Concierto para flauta y arpa y la Sinfonía Concertante para Alientos, esplenden en este disco cuya particularidad es la frescura, no sólo porque esa cualidad emana siempre de la música de Mozart, sino porque jóvenes integrantes de la Orquesta Mozart, realizan una interpretación de muy elevado rendimiento artístico, pese a la intensa dificultad técnica que amerita la ejecución de ese par de partituras.
Belleza, serenidad, paz interior. Sensación de vuelo. Son algunas de las muchas maravillas que se escancian, como polen que sale de las alas de una mariposa luego de libar la flor, en pleno vuelo, al escuchar este disco tan pleno de hermosura.
En la colección Classic-Hit-Parade, caracterizada por la redición de obras maestras a precios bajos, circula la versión de Wilhelm Kempf al Concierto 21 de Mozart, nombrado Concierto Elvira Madigan luego de servir como fondo sonoro a la exitosa película de ese nombre.
Belleza también abriga Mostly Mozart, como se titula (al igual que el festival musical que cada año se realiza en Nueva York) otra de las novedades discográficas de esta fiesta de recalentado de cumpleaños. La bella soprano alemana Mojca Erdmann emprende 18 partituras acompañada por el agrupamiento especializado La Cetra Barockorchester Basel.
Se titula Mostly Mozart, se entiende, porque la mayoría de las obras que contiene el disco son de Mozart; el resto pertenece a sus contemporáneos, empezando por el legendario Antonio Salieri, inmortalizado por el dramaturgo Alexander Pushkin por su obra de teatro Mozart y Salieri, donde supuestamente el italiano envenena al austriaco, por la puritita envidia, historia coronada en los media por el estupendo filme de Milos Forman, Amadeus, que retoma a Pushkin para retratar a ambos.
Curioso, en dos de los discos aquí recomendados figuran algunos de los enemigos gratuitos de Mozart: Salieri y Giuseppe Maria Cambini, aunque no fueron los únicos que tiraron piedras hacia arriba, sufrientes porque el éxito, el talento y sobre todo que Amadeo fuera tan, efectivamente, amado, hería su impotencia y armaron intrigas, intentaron destruirlo. Mozart creó su obra entera a contracorriente de las envidias, las maledicencias y las grillas. La de Mozart es una música preñada de bondad y armonía. Felicidad.
Por eso uno dice Mozart y sonríe.