Viernes 27 de enero de 2012, p. 28
Trípoli, 26 de enero. La autoridad moral del gobierno interino de Libia –impuesto con el respaldo militar de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos– fue puesta en duda por dos agrupaciones humanitarias, Amnistía Internacional (AI) y Médicos sin Fronteras (MSF), que acusaron a los cuerpos oficiales de seguridad de torturar a personas detenidas por sus vínculos con el régimen depuesto en octubre.
MSF informó haber recabado testimonios y evidencias de 115 prisioneros que fueron torturados en Misurata y anunció que en tanto las autoridades libias interinas no hagan algo para evitar esta violación a los derechos humanos de los cautivos, suspenderá sus actividades en el país, donde han estado presentes desde que comenzó la insurrección en Bengasi, apoyada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Nos trajeron a pacientes durante interrogatorios para recibir atención médica y poder ser sometidos a más cuestionamientos
, dijo Christopher Stokes, una organización fundada en París, actualmente con sede en Ginebra, Suiza.
La versión de MSF coincide con afirmaciones de AI de que en sus investigaciones sobre la situación de los derechos humanos en Libia, el año pasado, obtuvo pruebas de que varios detenidos murieron tras ser sometidos a torturas, algunos de ellos en Misurata.