Damasco, 24 de enero. Los estados árabes acentuaron este martes la presión sobre el gobierno sirio con el anuncio del retiro de los observadores de los seis países integrantes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), y una petición al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que apoye el plan de la Liga Árabe de que renuncie el presidente Bashar Assad.

El canciller sirio, Walid Muallem, replicó de inmediato anunciando el fin de las soluciones árabes y refirmando su determinación de combatir a los grupos armados, que este día mataron a 11 civiles e hirieron a otros tres en el barrio Ashira, en la ciudad de Homs, cuando abrieron fuego contra un autobús con fusiles y disparos con un lanzacohetes.

Tras reiterar su rechazo al plan árabe por considerarlo una injerencia flagrante en sus asuntos internos y un atentado a su soberanía, Muallem dijo que Damasco aceptaba que se prolongue un mes más la misión de observadores árabes desplegada en el país desde finales de diciembre, que intenta poner fin a 10 meses de violencia tras una revuelta popular desatada desde entonces.

Las seis monarquía del CCG, integrantes de la Liga Árabe y principales aliados de Occidente, llamaron al Consejo de Seguridad de la ONU y a sus cinco miembros permanentes a aplicar todas las medidas necesarias para ejercer presiones sobre Siria y llevarla a implementar el plan árabe de paz, y acordaron retirar unilateralmente a sus observadores.

Siria dijo contar con el respaldo de Rusia, que la víspera anunció la venta de armas a Damasco. Rusia jamás aceptará una intervención extranjera en Siria, es una línea roja, según el canciller sirio a los medios.

En tanto, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos criticaron a Rusia por vender armas al régimen sirio, bajo el alegato de que las fuerzas del gobierno han matado a miles de manifestantes.

Además, se informó que esos países y sus aliados árabes están trabajando en una resolución que aplique sanciones a Siria la próxima semana, no obstante que Rusia y China vetaron ya un intento anterior. A su vez, la ONU urgió a Siria a poner un alto a la violencia y a las violaciones a los derechos humanos e iniciar un proceso político creíble e incluyente.