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Bloquean el paso de camiones de la compañía canadiense Osisko a los nevados de Famatina

Pobladores en resistencia impiden instalar una minera en una provincia argentina

Resultaría muy injusto que se tomaran medidas contra todo un pueblo, dice Pérez Esquivel

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 24 de enero de 2012, p. 28

Buenos Aires, 23 de enero. Una rebelión popular que se mantiene desde los primeros días de este año logró impedir temporalmente la instalación de la compañía minera canadiense Osisko Mining Corporation, en los nevados de Famatina, zona paradisiaca de la provincia de La Rioja, más de mil 100 kilómetros al noreste de esta capital.

Centenares de motociclistas de todo el país y representantes de organizaciones sociales y humanitarias llegaron en estos últimos días a solidarizase con la pueblada de Famatina, que trascendió los límites locales y llegó a otras provincias que enfrentan el mismo problema.

Mediante piquetes, movilizaciones y campamentos, donde se mantienen y se turnan, los pobladores que se mantienen en asamblea permanente bloquean el paso de los camiones de la empresa Osisko que intentan llegar a los cerros. Desde los primeros días de este año y después de una serie de demandas e intentos de diálogo que no dieron resultados, unos seis mil 500 pobladores de los famosos nevados (del cordón de cerros) del Famatina pasaron a la acción, en un modelo de resistencia poco común contra la megaminería que impactará en la vida de la región.

La zona también es una gran reserva de agua potable; y los paisajes eran ya célebres durante los tiempos de la Conquista Española, cuando se consideraba un lugar privilegiado entre montañas, llanuras, colinas y valles de aguas cristalinas.

Lamentablemente, mientras tengamos oro y agua vamos a tener que seguir resistiendo. No queremos que este paraíso sea destruido, dice uno de los dirigentes de la protesta. La mayoría son mujeres que se han enfrentado a fuerzas policiales y autoridades con una voluntad que se ha ganado la admiración general.

Hace más de tres semanas que están en campamento, no obstante las inclemencias del verano en un lugar a mil 800 metros sobre el nivel del mar. El lema del movimiento es el Famatina no se toca.

Los apoyan también la Unión de Asambleas Ciudadanas, integrada además por organizaciones socioambientales de todo el país; organismos de derechos humanos, la Federación Sindical de Profesionales de la Salud y personalidades como Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, y el escritor uruguayo Eduardo Galeano.

El gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, quien surgió de ese lugar y había prometido impedir el ingreso de las mineras, terminó derogando la legislación que limitaba la actividad extractiva en toda la provincia y firmó acuerdos que ya habían sido rechazados en 2007.

En ese año, ante la decidida acción de las asambleas, se logró frenar a la empresa Barrick Gold, que debía comenzar la extracción de oro y cobre, negándole en forma permanente el paso a sus camiones; finalmente, esa compañía decidió abandonar el proyecto.

Ahora las autoridades provinciales enviaron fuerzas especiales de seguridad, porque entre los rebeldes pobladores están las familias de los policías locales. Nada han podido hacer frente al apoyo de diversos sectores de la población y la posibilidad de reprimir es cada día más lejana.

El levantamiento del pueblo, que hasta ahora no ha permitido transitar a los transportes mineros, ha sido posible porque los pobladores se rotan en forma permanente y en grupos familiares que se mantienen en los bloqueos. Todos los vehículos de la minera Osisko han sido interceptados.

En los bloqueos están todos, desde el párroco Omar Quinteros hasta el intendente Ismael Bordagaray y otras autoridades municipales. La autoconvocatoria del pueblo es total y las campanas de la iglesia ayudan a advertir la cercanía de los camiones.

Ahora están apostados en Alto Carrizal y bloquean la carretera; hay preocupación porque en febrero de 2010 hubo represión en Andalgalá, en la provincia norteña de Catamarca, en enfrentamientos con las mineras extranjeras que dejaron unos 60 heridos.

La movilización permanente se intensificó al encontrar los asambleístas un fólder donde la empresa tenía información con los nombres y datos de dirigentes y activistas, incluso de sus lugares de trabajo. Sin duda era una lista negra, lo que agravó al máximo la situación. Las movilizaciones de apoyo se extienden a todo el país.

Resultaría muy injusto que se tomaran medidas contra todo un pueblo, contra vecinos que han realizado innumerables denuncias y nadie las ha resuelto. Creemos que no se puede privilegiar el capital financiero sobre la vida y el futuro de los pueblos. El mundo ha sido testigo de lo que ha quedado al paso de las mineras, tenemos dónde mirarnos. Yo espero que haya respuestas para este pueblo que está dando un ejemplo de resistencia justa, dijo Pérez Esquivel a La Jornada.