Con urgencia por frenar cualquier señal de ruptura o conflicto con el Partido Nueva Alianza (Panal), el Partido Revolucionario Intitucional (PRI) asegura, por medio de Luis Videgaray, el hombre más cercano a Enrique Peña Nieto y coordinador de su campaña: la relación con Elba Esther Gordillo es espléndida.

Videgaray, diputado federal con licencia y, a decir de quienes lo han visto operar, el hombre de mayor cercanía y confianza al abanderado presidencial, busca deslindar y poner todo lo ocurrido la noche del viernes en términos de mutua conveniencia.

Fue una decisión de mutuo acuerdo que se dio en términos racionales, de cordialidad, de comunicación, y nada más.

En entrevista con La Jornada, insiste en que fue una decisión de competir por separado en esta elección, así como hemos ido juntos en otras. Tenemos muy buena relación con ellos, y parte de la decisión, admite, tuvo que ver con la asignación de candidaturas.

A Videgaray se atribuye un peso decisivo en la negociación de la alianza signada con el Panal y el Partido Verde signada el pasado 17 de noviembre, todavía con Humberto Moreira como presidente del PRI.

Admite que desde la difusión de los términos de este pacto, aprobado en la comisión política permanente por una amplísima mayoría, hubo señalamientos en dos sentidos: quienes hubieran preferido que no se cedieran ciertas candidaturas –el caso de Sinaloa y Chiapas, por citar sólo dos– y aquellos donde se pedía incluir al Panal en la coalición.

Así, algunos querían más alianza y otros menos. Pero el balance en aquel momento era el adecuado. Sin embargo, conforme las circunstancias fueron evolucionando tanto en Nueva Alianza como en el PRI y el Verde, empezaron las pláticas, los análisis, y se decidió, previamente al registro de nuestros candidatos al Senado (el sábado), que lo más conveniente para nuestras perspectivas de triunfo tanto en la elección para la Presidencia como para el Congreso era ir por separado, apunta Videgaray.

–Pero, ¿cómo responde a quienes señalan como otra de las razones de esta decisión el daño que la fama pública de la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo podría traer a la campaña de Enrique Peña Nieto?

–El motivo de la separación, insisto, fue el tema de las candidaturas, lograr los equilibrios internos en los tres partidos, tener mejores condiciones de competitividad electoral en cada una de las entidades.

La relación con Elba Esther Gordillo es espléndida. Tiene nuestro reconocimiento a su trayectoria, a su liderazgo. Es una figura por quien tenemos un enorme respeto, afirma.

Con Nueva Alianza, asegura en seguida, existe una relación cordial, de gran respeto, y la coincidencia fundamental de que a México le vaya bien y se realicen las reformas necesarias para retomar el crecimiento y lograr el regreso de la paz a un país donde hoy priva el miedo entre la sociedad.