Delegado exige infraestructura básica
Desempleo también afecta a ese poblado ñañú
Lunes 23 de enero de 2012, p. 37
Querétaro, Qro., 22 de enero. Aproximadamente 3 mil habitantes (50 por ciento) de la comunidad indígena de San Ildefonso Tultepec no cuentan con servicios sanitarios en sus viviendas, y ante la falta de drenaje deben satisfacer sus necesidades fisiológicas a la intemperie, lo que ha generado enfermedades gastrointestinales, informó Ángel Morales García, delegado de la población.
Indicó que en esa localidad se padece históricamente la falta de drenaje, así como de acceso a redes de agua potable y servicios de salud. En esa delegación del municipio de Amealco, los habitantes exigen con frecuencia a las autoridades municipales inversión para infraestructura básica como drenaje, sin obtener respuesta favorable.
Morales García señaló que son múltiples las carencias de la población indígena ñañú en el poblado, pues también carecen de fuentes de trabajo, lo que obliga a 30 por ciento de los habitantes a emigrar en busca de empleo a zonas urbanas de Querétaro y otros estados del país.
Señaló que la mayor carencia es la falta de drenaje, pues 50 por ciento de los 6 mil 500 habitantes, distribuidos en 11 barrios de San Ildefonso Tultepec, no cuentan con sanitarios en sus hogares.
Sin ofrecer cifras, sostuvo que las enfermedades más comunes entre la población infantil son las gastrointestinales, por la contaminación, resultado de la carencia de drenaje.
Indicó que ya pidió al ayuntamiento de Amealco, que encabeza el panista Rosendo Anaya, que genere infraestructura básica en la comunidad, que es una de las más grandes de todo el municipio.
Sobrexplotación de sillar
Destacó que 70 por ciento de los habitantes de San Ildefonso se dedican a la explotación y extracción del sillar (piedra utilizada para construcciones de lujo) como principal actividad económica, seguida de la elaboración de artesanías de barro, actividades agrícolas y el comercio.
Lugareños dedicados al sillar explicaron que rentan los bancos de extracción de esa piedra y pagan a los dueños de los bancos entre 10 y 15 pesos por cada bloque de piedra que extraen. Para lograr la explotación deben utilizar maquinaria, que también resulta costosa por el mantenimiento de sierras y rieles para sacar la piedra.
Todo ello no resulta redituable, pues venden cada bloque de piedra negra, blanca, amarilla y rosa entre 12 y 16 pesos, es decir, la ganancia para los comerciantes es de uno a dos pesos por roca.
Algunos lugareños explicaron que ya no encuentran sillar fácilmente. Por ejemplo, los bloques de colores negro y blanco se encuentran con dificultad, y en ocasiones los ubican en grandes profundidades y son de mala calidad
, pues cuando se les hacen cortes se desmorona.
Reconocieron que no existe control en la explotación del sillar, pues los dueños de los bancos de piedra los rentan para que los comerciantes extraigan el material y lo vendan en bloque.
El sillar se caracteriza por ser térmico, es decir, en zonas cálidas la infraestructura con ese material refresca, y en zonas frías se torna cálida.