Más que monografía descriptiva, analiza la multifacética carrera del pintor: Graciela Kartofel
Publica el volumen la UAA y la Asociación de Promotores Culturales de Michoacán
Lunes 23 de enero de 2012, p. a12
El grabador, pintor, instalacionista y hacedor de objetos Octavio Bajonero (Charo, Michoacán, 1940), cuya trayectoria artística de medio siglo, es recogida en un libro que lleva su nombre, escrito por la crítica de arte Graciela Kartofel, fue publicado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y la Asociación de Promotores Culturales de Michoacán, y se concentra exclusivamente a su actividad gráfica.
La presentación está a cargo de Rafael Urzúa Macías, ex rector de la UAA, e incluye textos de Jorge H. García Navarro y Jorge Labarthe. El volumen también contiene un catálogo razonado de la obra gráfica de Bajonero, la cual abarca de 1960 a 2010, la cual está en proceso de registrarse en The Print Council of America On-line Database of Catalogues Raisonné For Prints y en The International Foundation for Art Research. Se advierte, sin embargo, que hay varias piezas que se perdieron, no se conserva impresiones, las placas, ni fotografías de ellas.
Para Kartofel, el también impresor, educador, fundador de talleres –como el de grabado Molino de Santo Domingo– y bibliotecas, crea un puente entre el México posrevolucionario, posmuralista, de intereses sociales, y el arte conceptual que, sintetizando, se inserta en lo estético, efímero, corporal y las técnicas no académicas
.
En su obra personal, crea un acervo que anticipa una rama del neomexicanismo que desarrollaron los artistas nacidos en las décadas de 1950 y 1960, aunque son expresiones diferentes, pues Bajonero todavía está enlazado con la generación anterior y asoma a los albores que marcan la mitad del siglo
.
De acuerdo con la entrevistada, al registrar la carrera multifacética
de Bajonero, se habla de la situación del grabado en México en los pasados 50 años. Kartofel señala que el presente es un texto analítico, no una monografía descriptiva
, que aporta las relaciones del artista con el indigenismo, las tradiciones y el arte populares, lo conceptual y, por supuesto, la lucha social, porque él participó intensamente en el 68 haciendo mantas, entre otras cosas
.
Respecto del estilo de Bajonero, la crítica de arte contesta: “Octavio es como uno de esos hermosos muebles antiguos con muchas gavetas. Naturalmente, es figurativo, ingenuo y primitivo. Quiere formarse, estudia y sobre todo lee como desesperado. Siempre quiso estudiar la carrera de historia, pero no pudo terminarla, entonces, se dedica muchísimo a la historia y, dentro de ella, a la parte precolombina y mitológica. Eso aparece en su obra con enorme fuerza.
No es un artista religioso, pero está cercano a la utilización de los símbolos sacros. A la vez hay una cantidad importante, no por el número, sino por los resultados, de obra abstracta que muy poca gente conoce, que ha sido fundamental y es parte de esta otra veta que es Octavio: lo experimental. También hay un acercamiento al realismo mágico y a cierto surrealismo, más latinoamericano que europeo, pero no podemos encasillarlo.