Zulina Muñoz llama la atención. Es atractiva, esbelta, coqueta; ha consolidado una imagen de boxeadora sexy en un deporte donde se privilegia la fuerza y la violencia. Esa personalidad, sin embargo, también distrae la mirada y a veces impide que sea reconocida la seriedad de su carrera, considera.

Muchos piensan –estima– que explota su aspecto físico sólo por publicidad, pero ella insiste en que ese es un tema marginal, pues lo que verdaderamente la caracteriza es su entrega y profesionalismo.

No es por hacerme publicidad ni por llamar la atención, dice sobre su gusto por mostrarse más como haría una modelo que una boxeadora. Esa es mi personalidad, así soy abajo del ring y no voy a cambiar.

Zulina parece jugar con la ambigüedad de ser una peleadora que explota su imagen y al mismo tiempo una boxeadora que apodan La Loba. Ella asegura que el mote proviene de su ferocidad a la hora de liarse con los puños.

Mucha gente piensa que no sé boxear por salir sexy, admite. Creen que soy pura figurita, pero tengo la capacidad para demostrar arriba del cuadrilátero todo de lo que soy capaz.

Cada prenda que lleva la elige con cuidado, al igual que el maquillaje, pero cuando está sobre el cuadrilátero eso deja de importarle. No tiene miedo de sufrir alguna herida que altere el rostro que cuida con tanto esmero.

Arriba del ring hago mi trabajo con mucha seriedad; ahí no me importa la belleza ni la carita ni la faldita; sólo soy yo contra mi rival, comenta. Si me cortan y me dejan una cicatriz, no me importa ni creo que afectará mi autoestima, asegura.

Para argumentar, recuerda que no es ninguna novata, pues aunque tiene 24 años acumula 43 peleas y una sola derrota, ante la alemana Alesia Graf, con quien perdió por decisión unánime en Alemania.

He tenido combates muy fuertes y he salido adelante, por ejemplo con la campeona mundial Galina Ivanova, donde hubo mucho intercambio de golpes.

Esa experiencia la hace confiar en que ya está lista para enfrentar a rivales con mayor recorrido, como Ana María Torres o Jackie Nava.

Muchos pensarán que soy una novata, pero tengo 43 peleas y me siento con la capacidad de enfrentar a peleadoras de esa talla, enfatiza.

A una semana del combate que sostendrá con la colombiana Paulina Cardona en un foro de Polanco, Zulina se concentra para defender por tercera ocasión el cinturón plata del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), título que es el preámbulo de un cetro del orbe. La Loba no minimiza su cinto, porque para ella representa el esfuerzo que invirtió en horas de gimnasio y sobre el cuadrilátero para conseguirlo.

Será importante si gana el próximo sábado, porque después de ese triunfo tal vez esté en la antesala de disputar un campeonato del mundo. Se lo han prometido en el CMB y ella ya está mentalizada para lograrlo.

No voy a ver si puedo ganarlo, me estoy preparando para subir a pelear y conseguirlo, de eso no tengo dudas, señala.

Mientras, porta una nueva indumentaria: un traje de la Mujer Maravilla con el que hace promoción a sus peleas y utiliza para subir al cuadrilátero. Eso es parte del espectáculo en el boxeo, pero una vez que salta las cuerdas –asegura– es la más seria de las peleadoras. “Yo sigo siendo La Loba”, advierte.