21 de enero de 2012     Número 52

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Sistemas de participación de garantía, mecanismo democrático para validar productos orgánicos

  • Su uso, en mercados locales y nacionales permitirá expandir la producción
    y comercio de cultivos inocuos

Fidel Mejía, promotor del Foro Tianguis Colectivo Tejiendo Redes
entre el Campo y la Ciudad. FOTO: Lourdes E. Rudiño

Si bien es cierto que el interés de muchos agricultores y consumidores está en impulsar los alimentos inocuos, libres de agroquímicos, más saludables y amigables con el medio ambiente, y que por ello la producción y los espacios de comercialización de orgánicos están creciendo, también es verdad que hay una serie de obstáculos y retos que limitan esta tendencia.

Por ejemplo, hay una oferta limitada –hay cultivos o alimentos que los consumidores desearían conseguir de forma orgánica, pero no están disponibles–, y los consumidores quieren tener una garantía, una certeza, de encontrar productos realmente orgánicos.

Estas consideraciones han estado en la mente y en la actividad de los promotores de cultivos orgánicos, y una respuesta que se está encontrando es la “certificación participativa”, también llamada certificación alternativa, o más recientemente “sistemas participativos de garantía (SPG)”, como los denomina la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) .

Los SPG son sistemas que están aún en proceso de definición (y que tienen mecanismos y normas muy diferenciados, considerando la diversidad de productores, regiones y mercados), pero vienen a ser el esquema de garantía para los productos orgánicos que se venden en los mercados nacionales y locales, y por tanto tienen el potencial para genera mayor producción, oferta diversificada y comercialización de orgánicos y fortalecen los vínculos entre productores y consumidores.

Ello, mientras que por otro lado continúan vivos los sellos de calidad orgánica que otorgan las llamadas agencias certificadoras –obviamente a cambio de un pago por servicios–, que hoy día siguen siendo indispensables cuando el producto es para exportación.

Entre tales agencias certificadoras predominan las internacionales, como OCIA, Bioagricert, Quality Assurance Internacional y Farm Verified Organic-Internacional Certification Services, aunque también hay nacionales, la más conocida es Certimex, todas las cuales desde hace varios años realizan una labor de certificación de café y miel orgánicos mexicanos de exportación.

Fidel Mejía Lara, agricultor, agroecólogo y promotor del Foro Tianguis Alternativo de la Ciudad de México Colectivo Tejiendo Redes entre el Campo y la Ciudad, hizo una exposición al respecto en el propio tianguis, y explicó que en América Latina promotores orgánicos han realizado foros para hablar sobre este asunto de la certificación”, y allí se ha cuestionado qué tan válido es pagar un servicio para tener un reconocimiento de la calidad orgánica de los productos. Hemos llegado a la conclusión de que a quien debemos dar cuentas y garantía es a quien vamos a entregar nuestro producto, es decir a los consumidores”.

“Entonces (con los SPG) los consumidores son los garantes, a través de un proceso práctico y técnico, y dan fe de que los productores están trabajando bajo el esquema de los estándares orgánicos, sin necesidad de que éstos pasen por el viacrucis que implica la certificación por agencia”, misma que implica mucha burocracia, comprobantes, resúmenes y una serie de documentos que muchos productores no pueden cubrir, pues hay gente que no sabe leer ni escribir. Ello, además del pago, que puede ser de 15, 20 o 30 mil pesos por hectárea al año.

Así, los SGP surgieron en Latinoamérica, y Brasil es el pionero. Estos SGP lograron un reconocimiento por parte del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (MAELA) y de IFOAM, luego de una reunión realizada en 2004, en Río Grande del Sur, Brasil con representantes de productores orgánicos de 21 naciones del subcontinente y otros europeos, donde se habló de la urgencia de que los productores, sobre todo los de pequeña escala, tuvieran la posibilidad de contar con mecanismos de certificación nuevos no burocráticos ni costosos que les permitieran el acceso a los mercados locales.

Los SPG “se diferencian de la certificación de tercera parte o de agencias en que cumplen con las normas orgánicas, pero mantienen procedimientos de verificación simples, mínima burocracia y costos mínimos, y normalmente incluyen un proceso educacional y control social que involucra a los actores de la cadena productiva (productores y consumidores). Esta forma de certificación no tiene un costo directo al productor, tiene características distintas a los sistemas internos de control (SIC) y no tiene como meta la exportación de los productos”, señaló Fidel Mejía.

En la práctica, los SPG establecen la posibilidad de que productores vecinos o grupos de consumidores, o incluso técnicos realicen “acompañamientos”, que no inspecciones propiamente dichas, en los predios de los productores orgánicos , para verificar que realmente cumplen con las medidas necesarias para denominar “orgánicos” sus cultivos. Y eso, sin que haya un cobro de por medio.

“Algunos de los principios de los SPG son que debe haber honestidad y responsabilidad de todos los productores para producir bajo las normas de la agricultura orgánica (…) Los acompañamiento permiten tener credibilidad y confianza de los consumidores sobre las técnicas de producción orgánica que se aplican; asimismo, que se establezca una relación directa de intercambio, conocimientos y experiencias entre los involucrados y se genere una solidaridad, igualdad y convivencia social que permita una relación justa y democrática, además de que exista transparencia en el proceso de acompañamiento”, señaló Mejía Lara.

Comentó que hoy sólo cinco países en el mundo tienen autorizado oficialmente, por medio de legislaciones, este sistema de certificación social. “Eso implica una corresponsabilidad del Estado con los productores que asumen esta posición”. El primer país que obtuvo una legislación a favor de la certificación social de productos orgánicos fue Brasil. Y a él se han sumado Bolivia, Costa Rica, Uruguay y México.

AGENDA RURAL

Evento: Fandango Manifestación Son por la Tradición. Organiza: Son por la Tradición. Lugar y fecha: Zócalo capitalino, 21 de enero, de 10:00 a 18:00 horas. Informes: www.sonporlatradicion. org


Agenda 2012: Colección de imágenes inéditas- http://www.tlachinollan. org/Invitaciones/agenda-tlachinollan- 2012.html


Libro: Plan de Ayala para el siglo XXI. Coordinador: José Martín Velázquez Pérez. Editores: PRD, CNPA, UPM y Secretaría de Trabajadores del Campo, Desarrollo Rural y Pueblos Indios del PRD .

Sin embargo, en México la Ley de Productos Orgánicos aún no cuenta con su reglamento, y no hay en la ley un reconocimiento expreso a un sello de SPG. De cualquier manera, los productores pueden generar localmente sus sellos.

Según Mejía Lara, preocupa el hecho de que la autoridad que debe dar seguimiento a esta ley y fortalecer los mecanismos de los SPG en México, el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de la Secretaría de Agricultura, es el mismo que atiende las peticiones de permisos de cultivos transgénicos, tecnología que resulta absolutamente contraria a la producción orgánica.

Por lo pronto, el proceso de SPG está en marcha. Por ejemplo, María de Jesús Bernardo, de la Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias de Jalisco (RASA), comenta que esta organización –que asocia a 300 familias productoras orientadas a lo orgánico, en 15 municipios del estado– cuenta con un comité “donde estamos estableciendo los criterios y las normas agroecológicas que van a regir dentro del mercado orgánico en Jalisco, por medio de la certificación participativa. Con base en las experiencias vivas de la gente de otros mercados, sobre todo el de Porto Alegre, de Brasil –que abarca como 20 calles y tiene trabajo y experiencias de 40 años– estamos impulsando esta propuesta de certificación para un mercado, que pensamos abrir dentro de poco”.

Este comité, dijo, esta trabajando con toda una lista de campesinos, haciendo sus propios procesos de inspección, sus propios instrumentos, para poder certificar y garantizar. Estamos ahorita formando un comité regional que va a tener la capacidad de certificar a muchos productores pequeños, bajo el precepto de la confianza. Y no cuesta nada.

De acuerdo con Fidel Mejía, los SPG permiten “el empoderamiento de todos los participantes; reducir la burocracia de los procedimientos oficiales de certificación (con agencias), y fortalecer la relación productorconsumidor y campo-ciudad. Asimismo, facilitan el desarrollo de los mercados locales y reviven los principios de la agricultura natural, ecológica, que siempre practicaron nuestros antepasados” (LER).

¡El campo no aguanta más. El país tampoco!

¡Por un cambio verdadero del modelo agroalimentario y por un gobierno progresista!

Llamado a construir el Plan de Ayala para el Siglo XXI, a acordar un PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO dentro de un nuevo proyecto de nación, y a participar con desición en las elecciones presidenciales a fin de conquistar un gobierno progresista.

El pasado 28 de noviembre de 2011 en Ayoxuxtla, Puebla, un conjunto amplio y plural de organizaciones campesinas e indígenas y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) nos reunimos para conmemorar el centenario de la promulgación del Plan de Ayala por el General Emiliano Zapata y el Ejército Liberador de Sur y para hacer un llamado al pueblo de México a construir entre todos y todas y desde abajo el Plan de Ayala para el Siglo XXI, a luchar unidos por un nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO en el marco de un nuevo proyecto de nación y a conquistar un gobierno progresista en las elecciones presidenciales del 1º de julio de 2012.

Es por esto que las organizaciones campesinas, indígenas y sociales abajo firmantes, desde nuestra autonomía y pluralidad y con plena independencia de los partidos políticos, hemos decidido unir nuestras fuerzas y marchar juntos hacia la transformación del país y convocar a los campesinos y campesinas, a los pueblos indígenas, a los jornaleros agrícolas, a las mujeres y jóvenes rurales, a los y las migrantes, a los afrodescendientes, y a las organizaciones populares y movimientos sociales del campo y la ciudad, a los estudiantes, académicos, investigadores, intelectuales, artistas y ciudadanos de a pie a construir juntos, entre todos y todas y desde abajo, el Plan de Ayala para el Siglo XXI y a organizarnos a lo largo y ancho de la geografía rural de nuestra patria para impulsar un nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO que sea fi rmado por la más amplia coalición de fuerzas campesinas, indígenas y sociales de México con las fuerzas políticas progresistas del país encabezadas por el licenciado Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de las fuerzas progresistas del país, el próximo 10 de abril, en que conmemoraremos combativamente el 93 aniversario del asesinato del General Emiliano Zapata cometido por las fuerzas federales de Venustiano Carranza.

Las organizaciones y comunidades campesinas, indígenas y sociales que signamos este documento hemos decidido constituirnos en sujetos de un proceso desde abajo, que se propone reconstruir nuestra sociedad desde sus mismas bases por medio de la resistencia y la construcción de un nuevo proyecto de nación con base en la justicia, la dignidad, la solidaridad, la equidad, la participación, la diferencia, la inclusión, la sustentabilidad y la paz. Para esto nos comprometemos a transformar la relación con nosotros mismos, con el resto de la sociedad, con el Estado y con la naturaleza. Necesitamos impulsar cambios de fondo en la vida social, económica y política de México. Luchar por una mayor democratización, justicia social y libertades. Para lo cual es necesario luchar a favor de que México tenga un gobierno progresista que deje atrás a los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.

Llamamos a campesinos y campesinas, indígenas, jornaleros agrícolas, mujeres y jóvenes, migrantes, afrodescendientes, y en general, de la población rural del país, a construir el nuevo Plan de Ayala para el Siglo XXI con la palabra de todos y todas y a lo largo y ancho de nuestro México rural, con base en los siguientes

Doce puntos para la discusión, enriquecimiento y construcción entre todos y todas y desde abajo del plan de ayala para el siglo xxi

1. El campo, los campesinos y pueblos originarios serán considerados como prioridad del nuevo proyecto de nación y un asunto de la seguridad nacional y humana. Se reconocerán y restituirán los derechos y la dignidad –valores fundamentales de los campesinos y campesinas, de los pueblos originarios y los jornaleros agrícolas, de los migrantes, mujeres y jóvenes rurales– para la construcción de un nuevo proyecto de nación y de un nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO y como sujetos plenos de derecho, reconociendo nuestra autonomía y calidad de sujetos productivos. Lucharemos por eliminar el clientelismo y el corporativismo en la relación del Estado con la sociedad rural, promoviendo el desarrollo de la ciudadanía, la inclusión y el respeto pleno de los derechos humanos, y para que se reconozca nuestra capacidad de autoorganización, autogestión y autonomía como sujetos rurales.

2. Pugnaremos por el fortalecimiento de la propiedad social de la tierra y los recursos territoriales de ejidos comunidades, pequeños propietarios y pueblos originarios, revertiendo la contrarreforma agraria salinista y reconociendo los derechos, autonomía y capacidad de manejo sustentable de los recursos naturales por las comunidades campesinas e indígenas del país. Se establecerá una moratoria a los megaproyectos en zonas campesinas e indígenas hasta en tanto no sean concertados con ellas en el marco del interés público y del interés y los derechos de las propias comunidades. Al mismo tiempo, se revisarán todas las concesiones mineras otorgadas en la última década a efecto de garantizar el cumplimiento de las leyes, escuchar la opinión de las comunidades, observar si hay afectación al medio ambiente y a los ingresos públicos. Se evitarán las tendencias a la privatización de los terrenos campesinos y las concesiones a empresas privadas. Es importante que las asociaciones campesinas se fortalezcan manejando sus propios organismos de ahorro, préstamos, crédito, comercialización, capacitación, proyectos de mujeres y otros servicios que requieren las comunidades. Pugnamos por un campo donde todos los tipos diversos de productores y comunidades tengan cabida y oportunidad para desarrollarse según sus propias referencias y no impidan el desarrollo de otros: los pueblos indios y los agricultores modernos, capitalizados; los campesinos tradicionales, de temporal y los pequeños empresarios agrícolas; los jornaleros agrícolas y las empresas sociales.

3. La soberanía alimentaria, el derecho a producir nuestros propios alimentos, el derecho al trabajo, el derecho a no migrar y el derecho humano a una alimentación sana, suficiente y culturalmente apropiada constituirán la nueva base de las políticas agroalimentarias y de desarrollo rural del país. Se establecerá un sistema de precios remunerativos para los productos de los campesinos e indígenas y acceso al crédito e insumos. Se renegociará el TLCAN a efecto de rescatar la soberanía nacional en nuestro sistema agroalimentario y garantizar la seguridad alimentaria del país y la plena realización del derecho a la alimentación para toda la población rural y urbana. Se promoverá la autosufi ciencia alimentaria sustentable y de materias primas estratégicas, prioritariamente a través de la agricultura en pequeña y mediana escala, y el reconocimiento de la enorme y rica diversidad de sistemas agrícolas, promoviendo la producción para el autoconsumo e impulsando una política de acceso universal al crédito, seguro, asistencia técnica y servicios financieros rurales apropiados, de proximidad, de propiedad y gestión social. Se regularán los precios y se establecerá un sistema de precios mínimos garantizados, reservas públicas de alimentos y se prohibirá la siembra de maíz transgénico en nuestro país, porque sin maíz no hay país. 4.Se promoverá como política de Estado la agroecología, el manejo comunitario sustentable del agua y los demás recursos naturales así como la protección de la biodiversidad. Se impulsarán políticas amplias para el mejoramiento de los suelos, de reforestación comunitaria y otras medidas que contribuyan a mejorar el medio ambiente y a disminuir los efectos negativos de la mayor variabilidad climática. Un proyecto social y generacionalmente responsable en el manejo de los recursos naturales, orientado no sólo a la conservación de la dotación de suelo, aguas, bosques, pastizales, biodiversidad, etcétera, sino al rescate y enriquecimiento de los mismos para poder heredar algo mejor a las generaciones futuras.

5. Se reconocerá el carácter multifuncional de la agricultura y de la gestión de los territorios rurales, promoviendo el desarrollo integral a partir del control, autoorganización y manejo de las comunidades campesinas, indígenas y de pequeños propietarios. Se garantizará el acceso a recursos productivos para las comunidades rurales y, en especial para mujeres y jóvenes rurales, para asegurar la equidad, el empleo productivo y la plena realización de los derechos humanos en el medio rural. Un proyecto que promueva el asociacionismo en todas sus formas, que fortalezca los esfuerzos en marcha de economía social y solidaria, por ejemplo, de cooperativas de producción, de comercialización, de cajas de ahorro, de fondos solidarios, etcétera. Un proyecto que promueva el desarrollo de actividades productivas no agropecuarias para diversifi car la economía del medio rural, tales como el turismo alternativo, el desarrollo de pequeñas empresas de servicios, o la transformación de productos primarios.

6. Por un proyecto que le apueste al desarrollo de capacidades comunitarias, sociales y personales como recurso básico para lograr los diferentes tipos de desarrollo y no a la dependencia de los apoyos gubernamentales. Donde los subsidios, valga la redundancia, se apliquen bajo el principio de la subsidiariedad: nunca para sustituir la iniciativa o el esfuerzo personal o comunitario; siempre para quitarle a éstos los obstáculos o para equilibrar situaciones asimétricas.

7. Un proyecto que revalore los aportes del campo a la ciudad, para que los habitantes de ésta reciban satisfactores accesibles y de calidad y paguen con gusto lo que realmente valen.

8. Un proyecto que combine lo mejor de los saberes tradicionales y lo mejor de las nuevas tecnologías en las actividades productivas y en el manejo de los recursos naturales. Que permita el rescate de técnicas, de semillas, de plantas, de especies tradicionales o autóctonas a la vez que promueva la adopción razonada y adaptada de nuevas tecnologías.

9. Un proyecto que dinamice la economía del medio rural mediante la dotación de infraestructura social, de comunicaciones y productiva impulsada por la inversión pública: escuelas, caminos, centros de salud, centros culturales, planteles de capacitación y actualización, etc.

10. Un proyecto que contribuya decisivamente al reconocimiento y la reivindicación efectiva de los derechos de las mujeres en todos los aspectos de la vida en el medio rural.

11. Nos comprometemos a ser portadores y portadoras de un nuevo modelo de relaciones humanas y de civilización basado en el respeto y el amor a todas las personas, el cuidado de la naturaleza, la primacía del interés general sobre el provecho individual, la sobriedad y el apoyo para que todas las comunidades y las personas se consoliden, florezcan y realicen al máximo sus potencialidades en la libertad y en la paz.

12. Consideramos que para lograr la plena realización de nuestro Plan de Ayala para el Siglo XXI y el efectivo cumplimiento de un nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO, requerimos no solamente un nuevo proyecto de nación sino de un gobierno progresista, nacionalista, social, garante de los derechos humanos y con fortaleza económica –es decir, un gobierno de izquierda– para impulsar otro sistema político, económico, agroalimentario, social y ambiental que responda a las necesidades del pueblo y de la nación y sea capaz de regular los mercados y desmantelar los monopolios y las prácticas anticompetitivas. Necesitamos rescatar al Estado y al gobierno, con nuevas políticas públicas, programas y servidores públicos comprometidos con el desarrollo del campo y el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de las familias campesinas e indígenas.

ATENTAMENTE

¡Salvemos al campo para salvar a México!

¡Regeneremos a México para salvar al campo!

¡Participemos y decidamos el rumbo del campo y del país!

¡Sin maíz no hay país!

¡Viva el Plan de Ayala!

¡Zapata vive. La lucha sigue!

Organizaciones firmantes: Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC),Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDC), Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCYP), Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA Nacional), Central Campesina Cardenista (CCC), Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros (ANPAP–El Barzón), Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP), Cooperativa Tosepan Titataniske (CTT), Unión Campesina Totikes (UCT), Comunidades Campesinas y Urbanas Solidarias Con Alternativas (Comcausa), Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEP), Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra

PLAN DE ACCIÓN ENERO - ABRIL

Para construir desde abajo y entre todos y todas el Plan de Ayala para el Siglo XXI y organizarnos a lo largo y ancho del campo y fortalecer nuestras acciones para contribuir a ganar las elecciones presidenciales del 2012, proponemos el siguiente plan de acción de enero al 10 de abril de 2012, fecha en que fi rmaremos el nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO, con base en el Plan de Ayala para el Siglo XXI, con el Frente Progresista, Morena y su candidato a la presidencia de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador:

ENERO, FEBRERO, MARZO Y ABRIL:

-Difusión amplia de la presente convocatoria en todos los ejidos, comunidades, organizaciones sociales del campo y de la ciudad, académicos, intelectuales, artistas, medios de comunicación, ciudadanos de a pie.

-Realización de foros, encuentros, talleres, reuniones, seminarios para la discusión y enriquecimiento del Plan de Ayala para el Siglo XXI en todas las organizaciones, ejidos y comunidades; a nivel local, municipal y estatal.

-Vinculación con el Morena para difundir el nuevo proyecto de nación y la plataforma electoral, así como para contribuir al fortalecimiento de la organización y participación de la sociedad rural en la promoción y defensa del voto en la jornada electoral del 1º de julio de 2012.

FEBRERO:

-13 de febrero: Participación en el Foro Temático Rescate del campo y soberanía alimentaria, en Culiacán, Sin.

-15 de febrero: Participación en el Foro Temático Derechos y Cultura de los Pueblos Originarios, en Oaxaca, Oax.

MARZO:

-10 de marzo: Encuentro Campesino Sur, en San Cristóbal de las Casas, Chis.

-17 de marzo: Encuentro Campesino Norte, en Zacatecas.

-24 de marzo: Encuentro Campesino Binacional, en Los Ángeles, Calif.

ABRIL:

-10 de abril: Encuentro Nacional Campesino/Morena/ Frente Patriótico/AMLO para dar a conocer el Plan de Ayala para el Siglo XXI y fi rmar un nuevo PACTO SOCIAL PARA EL CAMPO, en la Ciudad de México o Morelos.