l Dr. Atl como personaje es incómodo, no sólo por sus ligas fascistas, de las que no cabe duda alguna, sino igual porque manifestó a viento y marea su admiración por Hitler. Eso pudo menoscabar en buena medida el aprecio que hacia su pintura pudieron tenerle personas de su época, como Justino Fernández y Luis Cardoza y Aragón. El primero le dedicó en su famoso libro sobre el arte mexicano en el siglo XX sólo un párrafo de pocos renglones, en tanto Cardoza y Aragón no incluyó ninguna ilustración suya en su versión sobre la pintura mexicana publicada por Ediciones Era. Según este último la personalidad del Dr. Atl , a pesar de su fascismo, es muy superior a su pintura, además prefiero los dibujos a los cuadros
.
Observando la exposición que comento, se cae en la cuenta de que hay que prescindir del personaje y centrarse en lo que hizo en este aspecto.
Sin embargo, la simpatía y las actividades del personaje le valieron múltiples admiraciones, tanto que, como se ve, hasta lo fascista le perdonaron quienes lo trataron personalmente, pues es, sin duda, uno de los personajes más llamativos de la historia de México en el siglo XX y no sólo eso: hay que tener en cuenta que perdió la pierna derecha, completa, más de una década antes de morir, sin que su actividad cesara, y eso dio origen a los aeropaisajes, algunos de los cuales, verdad sea dicha, no están entre sus obras maestras
, con todo y el manejo de la perspectiva curvilínea que desde antes había practicado.
En cambio sus versiones del Paricutín, que lo vio nacer y crecer, le dan incluso estatura filosófica, pues según mi pensar van más allá de los elementos visibles y reconocibles que integró a sus composiciones.
Verlos en los originales permite calibrar un fenómeno natural que en el caso particular de Atl fue resultado de un proceso vital que se le convirtió en uno de los mayores privilegios que le deparó su propia existencia. Experiencia y significado le dejaron un sistema y una estructura; el volcán arrojando fuego y lava lo mantuvo cautivo y eso le determinó otras composiciones suyas, ya no eruptivas, pero tampoco estáticas.
Los soles radiantes y los rompimientos de gloria tras las nubes son herencia espiritualista y quizá ocultista que compartió con Ezra Pound, quien fue gran admirador de Mussolini. La presencia del sol en obras de mediados de siglo, v.gr. en Rayos de sol entre montes, de la colección ING, pudiera corresponder a simbolismos religiosos o a arquetipos tipo mandala que van de acuerdo con las mociones utópicas que lo llevaron a idear la ciudad de Olinka.
El conjunto de dibujos que se exhiben, colección Munal, da idea del modo en que confeccionaba sus pinturas y varios son antecedentes se diría que inmediatos de sus pinturas, con los primeros términos acentuados en reposoir
con objeto de dar escala.
En estos primeros términos, más cuidados que el resto de sus composiciones pictóricas, es donde mayormente se le percibe el influjo temprano que en él dejó el impresionismo y el posimpresionistmo. Sirva de ejemplo el cuadro del trigal con montañas fugadas de la colección FEMSA, de 1955.
El Dr. Atl parece haber sido seguro y rápido en el dibujo, más que en la pintura, y desde mi punto de vista en algunos sentidos es mejor dibujante que pintor, pues hasta la herencia o la coincidencia con la tradición china del paisaje es detectable.
Entre las fotografías que se exhiben, rubro que constituye un acierto más de esta muestra, destaca la de Armando Salas Portugal, quien lo captó como si fuera un visionario ya con la luenga barba blanca que se aprecia en los autorretratos exhibidos; hay uno en el que su mirada parece de alucinado y, quizá, él sabía que lo era.
El más llamativo de los carteles, que ha servido para la publicidad de la muestra, es el retrato de Nahui Olin, que me parece está dentro de la tónica de la secesión, vienesa. Como en otros retratos, él supo captar bien la idiosincrasia de su personaje, como ocurre asimismo con el espléndido retrato de la señora Gutiérrez Roldán.
El día de hoy, el escultor Rivelino exhibe su intervención Raíces en el contexto de la Plaza de las Tres Culturas.
Ojalá el acontecimiento sirva asimismo de propaganda para incrementar las visitas a la exposición que comento, pues pasará mucho tiempo antes de que vuelva a ofrecerse una oportunidad como ésta.