lrededor del año 1325 se fundó la ciudad de México-Tenochtitlán, cuyo núcleo principal se emplazó donde hoy se encuentra la Plaza de la Constitución, mejor conocida como el Zócalo. Aquí se encontraba el Templo Mayor, que presidia el imponente centro ceremonial, eje de la vida política y religiosa del poderoso imperio mexica.
Tras la conquista, en 1524, al erigirse la primera catedral se dio lugar a dos plazas, la Plaza Mayor y la Plaza Menor ó del Marqués, que recibió este nombre por encontrarse enfrente de las llamadas casas viejas
de Hernán Cortés. La plaza Mayor se extendió hacia el sur hasta la Acequia Real, a cuya vera se erigieron las Casas del Cabildo, justo en donde se encuentra actualmente la sede del Gobierno del Distrito Federal.
En el costado oriente se levantaba el antigo palacio de Moctezuma, que Cortés rehizo con la idea de venderselo a la Corona para alojar al gobierno virreinal, lo que finalmente realizó su hijo Martín. En el costado norte se construyó la catedral y en el poniente el portal de mercaderes. Junto a éste cruzando la calle de San Francisco se erigieron las casas nuevas
de Cortés, que ocupaban el lugar del antiguo palacio de Axayácatl, el padre de Moctezuma. Aquí lo había alojado el emperador mexica con sus huestes y se dice que aquí fue asesinado el desdichado Moctezuma, aunque no se sabe si por los españoles o por sus propias gentes que se sintieron traicionados.
El hecho es que el conquistador decidió establecer aquí su residencia. La edificación era inmensa, con inumerables patios, decenas de habitaciones y, alrededor de toda la manzana, locales comerciales. Para aprovechar mayormente ese beneficio construyó en medio de la propiedad un estrecho callejón llamado del Arquillo, en donde alquilaba espacios para comercios.
Al paso de los años el callejón se fue ampliando hasta convertirse en una calle que partió en dos el inmueble. Porfirio Díaz la mandó ampliar y extenderla hasta lo que hoy es Eje Central, destruyendo el hermoso Teatro Nacional que cerraba la calle a la altura de Bolivar. Es la actual avenida 5 de Mayo, que en su momento, por su amplitud, fue la gran vía de la antigua ciudad, que estaba entrando a pasos agigantados a la modernidad
.
Esa fue una de las obras para festejar el Centenario de la Independencia y uno de sus propósitos era dar paso al gran teatro que sustituiría al Nacional y que habría de convertirse en el Palacio de Bellas Artes.
Volviendo a las casas nuevas
de Cortés que ocupaban una manzana completa, muy poco queda de ellas. En el Monte de Piedad algún piso de recinto, por ahí algún muro o un arco, lo mismo que se encuentra en el interior de algunas construcciones, como el restaurante Mercaderes que se ubica en 5 de Mayo o la panadería La Vasconia, situada en la calle de Tacuba.
En uno de los edificios que ocupa la esquina de Madero y Monte de Piedad número 15, en estilo neocolonial con patio y acabados tipo barroco, se encuentra el taller del artista Rafael Guízar. El local 412 alberga decenas de acuarelas de todos tamaños en las que el talentoso creador va plasmando la crónica gráfica del Centro Histórico. Las obras van de miniaturas a gran formato. Lo que las une es la maestría y la emoción. Es una visita que vale la pena incluir en un paseo por la vieja ciudad. Su teléfono es 04455-3642-9596.
Por cierto, si a usted le gustaría tener un estudio u oficina en el Centro, los espacios que dan al Zócalo, luminosos, con pisos de madera y amplios ventanales, tienen la mejor vista de la majestuosa plaza y la renta es muy económica.
Como siempre, el recorrido tiene que concluír con una buena comida. Entre las múltiples posibilidades a tiro de piedra
nos decidimos por el Casino Español, en su majestuosa sede de Isabel la Católica 31. El amplio salón que alberga el restaurante ofrece de la mejor comida española de la ciudad. De mis preferidos: el cocido de los jueves, el lechón y la paella. Para postre, la leche quemada.