Fiscales de Estados Unidos y de México mantienen desde hace varios meses una investigación ministerial en contra del ex líder del cártel del Golfo Osiel Cárdenas Guillén, por presunto lavado de dinero de al menos 2 millones de dólares durante 1998 y 2003, revelaron fuentes gubernamentales y castrenses mexicanas.

La investigación comenzó en Estados Unidos, a cargo de la agencia antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), pero se ha pedido la colaboración de autoridades mexicanas para recabar información fiscal y contable que ayude a fincar nuevos cargos al capo, preso en una cárcel del vecino país, y que en 2009 fue condenado a 25 años de cárcel, en Houston, tras declararse culpable de delitos relacionados con el narcotráfico.

A decir de las fuentes consultadas, las pesquisas se iniciaron en contra de ex funcionarios municipales y varios socios de casas de cambio, hoteles, restaurantes, escuelas y otros negocios ubicados en Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León, en los que Cárdenas Guillén habría usado prestanombres para lavar dinero procedente del narcotráfico durante cinco años consecutivos.

A decir de funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), varios ex presidentes municipales de Tamaulipas y ex servidores públicos de esa entidad, así como de Veracruz y Nuevo León se hicieron de la vista gorda para permitir que Cárdenas Guillén operara al menos un centenar de negocios en los que se lavó dinero del cártel del Golfo.

Las autoridades consultadas se negaron a proporcionar los nombres de los ex funcionarios públicos que son investigados junto con Cárdenas Guillén, para no entorpecer las pesquisas.

Este miércoles se prevé que en la cárcel en que se encuentra recluido Cárdenas Guillén se realice un interrogatorio al reo con la presencia de sus abogados, fiscales estadunidenses y autoridades consulares y de la Procuraduría General de la República.

Osiel Cárdenas Guillén fue capturado el 14 de marzo de 2003 en Matamoros, Tamaulipas, tras un enfrentamiento con efectivos del Ejército Mexicano. Tres años después fue extraditado a Estados Unidos con cargos de narcotráfico y por amenazar a agentes policiacos.