Miércoles 11 de enero de 2012, p. 31
Londres, 10 de enero. Al tiempo que los fondos de cobertura se enfrentan con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por su plan de reducir la enorme carga de deuda de Grecia, también se agota el tiempo de las negociaciones de las que podría depender el futuro de la moneda única.
Los fondos han tomado posiciones tan altas en bonos griegos que podrían echar por tierra la estrategia de Europa de lograr que los bancos y otros poseedores de bonos compartan el peso de reducir voluntariamente la deuda del país.
Los bonistas necesitan ceder 100 mil millones de euros de sus inversiones en el planeado canje de bonos, pero muchos fondos de cobertura planean quedarse al margen.
Prefieren dejar que el país se hunda, lo que podría disparar los seguros de crédito que han comprado, o esperar a que se les pague todo si no hay una suscripción suficiente. Eso los pone en directo conflicto con el FMI, que quiere forzar a que el costo de financiamiento de Grecia baje a niveles más abordables.
Sin un acuerdo, el FMI, la Unión Europea y el Banco Central Europeo, que conforman la troika, no concederán el segundo paquete de rescate que Grecia requiere para subsistir.