A 20 años de que se celebró la cumbre de Río, en la que se adoptaron compromisos para llegar al desarrollo sustentable, el balance global es negativo. Uno de sus propósitos fue detener la pérdida de diversidad biológica en el planeta, lo cual no ha ocurrido, sostuvo José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Sarukhán explicó que en el país se lograron avances en generar instancias y capacidades para obtener conocimiento y evitar que las tendencias de pérdida de recursos naturales sean tan severas, como en otras partes del mundo.

El próximo junio, en Río de Janeiro se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable para conmemorar el 20 aniversario de la Conferencia de 1992 de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

El objetivo de la conferencia es lograr un compromiso político renovado para el desarrollo sostenible, evaluar el progreso hasta la fecha y las lagunas existentes en la aplicación de los resultados de las principales cumbres sobre desarrollo sostenible, y abordar los desafíos nuevos y emergentes, de acuerdo con la página oficial del foro.

También este año se celebran los 20 años de la creación de la Conabio. México tiene información sin la cual sería difícil tomar decisiones informadas y más inteligentes en el manejo de recursos; esto ha ayudado a aminorar daños. Por ejemplo, sobre incendios forestales; sobre los océanos, donde se detectan las temperaturas y las concentraciones de clorofila alfa, que indica dónde hay florecimientos de algas, lo cual tiene que ver con mareas rojas; se puede predecir la intensidad de huracanes por la temperatura del océano. Toda esta información la tiene la Conabio, agregó Sarukhán Kermez en entrevista.

Influencia política

Explicó que en México existe información, pero en la toma de decisiones se aprovechan unas cosas y otras no; están influidas por decisiones políticas y ahora ya no hay la excusa de que no se sabe. Si se toman decisiones ya es con conocimiento de causa.

En un balance sobre lo ocurrido tras la cumbre de Río, también conocida como cumbre de la Tierra, indicó que el propósito de esa convención, que era sumamente loable, era evitar y parar la pérdida de diversidad biológica en el mundo. No ha ocurrido. La aceleración del proceso ha sido fuerte en algunas áreas del mundo.

Explicó que estamos viendo los efectos de esto: la pérdida de ecosistemas tiene resultados costosos en vidas humanas, migración masiva por cuestiones ambientales, daños gigantescos a la infraestructura por las inundaciones y otros. Algunos dicen cambio climático, pero no. El hecho es que esos fenómenos que antes se daban regularmente de huracanes fuertes no se enfrentaban a situaciones de deterioro de los ecosistemas.

Detalló que en las partes altas de las montañas la vegetación hace que el agua baje lentamente, pero ya no hay cubierta forestal y ahora cae con toda la fuerza. Se lleva los suelos, azolva y produce terribles daños en las partes bajas e inundaciones donde se pudieron controlar; Tabasco es un ejemplo. El balance no es nada positivo a escala global.

La reunión de Río, abundó, también dio pie a que varios países tomaran iniciativas para sí. Al tiempo que globalmente el panorama no es bueno, países como México usaron la oportunidad para dotarse de instancias y capacidades que han ayudado a que esas tendencias no sean tan severas como en otras partes del mundo. Tenemos conocimiento para usar sustentablemente nuestros recursos; sería un error no reconocer que esto ha ocurrido aquí.