La declaratoria con la que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) pretende convertir la palabra agave en una marca registrada concitó la oposición de pequeños productores y empresarios, organizaciones civiles, investigadores y de la misma Comisión Federal de Competencia (CFC), por un lado, pero el apoyo incondicional de las empresas y los consejos reguladores del tequila, mezcal y bacanora por el otro, según consta en más de un centenar de opiniones que ambos bandos enviaron a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), como parte de la consulta pública sobre el tema.

La CFC recomendó no aprobar el anteproyecto, en virtud de que afectaría el proceso de libre competencia y libre concurrencia y dañaría la eficiencia de los mercados. Advirtió que de aprobarse se sentaría un precedente que facilitaría la emisión de otras declaratorias “para regular como marcas nombres y palabras de uso común que se utilicen para designar de manera genérica algún producto como agua, pan, uva. La medida propuesta equivaldría a establecer la palabra ‘uva’ como marca para bebidas que cuenten con denominación de origen cognac e impedir que el brandy o vinos de mesa utilicen este vocablo”.

La declaratoria del IMPI, alertó, generaría ventajas exclusivas a favor de los productores con denominaciones de origen tequila, mezcal y bacanora, porque serían los únicos que podrían utilizar el vocablo agave que designa a una familia de más de 200 plantas y esas industrias sólo utilizan unas cuantas especies”. Puntualizó que el término agave es de uso común y que la Ley de la Propiedad Industrial que rige al IMPI dice en su artículo 90 que no serán registrables nombres de uso común.