Hasta el 50 por ciento de la población mundial adulta podría padecer de nódulos en la tiroides, y la posibilidad de que éstos sean cancerosos es de entre 4 y 7 por ciento. Expertos refieren que en México no existe una cultura de prevención y diagnóstico de esta enfermedad, que afecta a tres mujeres por cada varón.

En el caso de México, la prevalencia de enfermedad nodular de tiroides, de la cual deriva el cáncer, es de entre 30 y 40 por ciento, refiere Luis Felipe Sánchez, médico internista y endocrinólogo, especialista en cáncer de tiroides y adscrito a la Clínica de Tiroides del Hospital Español.

De acuerdo con estadísticas de la International Agency of Research of Cancer. de la Organización Mundial de la Salud, hasta 2008 se tenía registro de 3 mil 235 casos nuevos anuales. De éstos, mil 391 correspondían a hombres y mil 844 a mujeres. Para los varones ocupa el lugar 14 en frecuencia de todos los cánceres, y para las mujeres, el 13.

Respecto a la sintomatología, el doctor Sánchez explica que la mayoría de los cánceres no producen ningún síntoma, si bien el signo principal de este padecimiento es un bulto (nódulo) en la tiroides, el cual puede ser descubierto por el médico durante un examen físico de rutina o el propio paciente puede notarlo al mirarse en un espejo.

Algunos pacientes se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. Si el cáncer es lo suficientemente grande, puede causar dificultad al tragar, un cosquilleo en la garganta o dificultad para respirar si está presionando la tráquea. Rara vez puede producir ronquera si el cáncer irrita un nervio que va hacia la laringe, expone.

La Asociación Estadunidense de Endocrinólogos Clínicos realiza en enero de cada año la campaña de detección de enfermedades nodulares tiroideas, la cual consiste en observar y palpar la región debajo de la manzana de Adán mientras se bebe agua.

Sánchez alerta que la enfermedad puede confundirse con inflamación de ganglios linfáticos asociada a infecciones virales faríngeas o problemas dentales, por lo que recomienda acudir con el especialista si se presentan los síntomas y éstos no ceden a los antibióticos, para que realice un ultrasonido de la tiroides.

El ultrasonido se ha convertido en el mejor estudio para determinar las características de un tumor tiroideo, aunado a la evaluación clínica y un perfil tiroideo. En caso de que se detecte una tumoración, se recomienda realizar una biopsia por aspiración con aguja fina.

Héctor Martínez Saíd, cirujano oncólogo, refiere que los factores de riesgo conocidos son la exposición a radiación ionizante y probablemente una dieta deficiente en yodo.

El tipo más común del cáncer de tiroides es el papilar (90 por ciento) y se considera de buen pronóstico en cuanto a sobrevida. El cáncer folicular es un poco más agresivo que el papilar, pues tiende a diseminarse con más frecuencia. El cáncer medular, en cambio, tiene un altísimo índice de mortalidad aun con tratamiento y se presenta en menos de 2 por ciento de los casos.

Ante la presencia de células cancerosas o la sospecha de que las haya, el tratamiento es quirúrgico, como ocurrió con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien se sometió a una cirugía y el posterior análisis descartó que se tratara de cáncer, aun cuando se anunció así hace unos días.

El hecho de que se encuentre un tumor dentro de la tiroides hace al paciente candidato a intervención quirúrgica y el diagnóstico final se realiza mediante un estudio histopatológico del nódulo una vez que éste ha sido retirado, explica Irineo Escudero, médico endocrinólogo del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Isssste.