Hoy en la Cineteca Nacional se proyectará el documental Lecciones para Zafirah, dirigido por Carolina Rivas y Daoud Sarhandi, al cual definen sus realizadores como “diario cinematográfico, un retrato de hechos, rostros y gestos humanos que se dan cita en torno a La Bestia, el tren símbolo de escape para miles de migrantes centroamericanos que viajan a Estados Unidos por el sureste mexicano”.

En el filme, Rivas y Sarhandi, mediante testimonios, capturan la participación de personas en México que voluntariamente ofrecen ayuda a los migrantes, como Las Mujeres de la Patrona y el padre Alejandro Solalinde. Las imágenes de la película son compartidas con nuestra hija Zafirah, a manera de relato universal sobre la época en que vive. Con aliento crítico y gozoso, mostramos un retrato desolador, pero también maravilloso de la grandeza humana, invitando al espectador a trasformar su mirada sobre los migrantes.

La idea de esta película, revelan, “fue creciendo por la influencia de varios estímulos, deseos creativos y de comunicación. Quisimos ponernos conscientemente frente a la cámara. También Zafirah –que apenas tenía tres años– estuvo siempre con nosotros y pensábamos cómo podíamos integrarla en la historia. El tejido de la película duró casi dos años, de 2009 a 2011. Hubo un laberinto de decisiones y cambios de dirección hasta que llegamos a consolidarla”.

A decir de Rivas y Sarhandi, “pese a que se han realizado muchos documentales de migración, quisimos plantear una perspectiva nueva que iluminara pensamientos positivos. Tenemos la percepción de que hay muchos documentales que usan los testimonios para denunciar, pero no llegan a ningún lado. Es muy fácil denunciar; es más difícil sensibilizar y proponer acciones positivas sobre un tema espinoso y complejo.

A partir de este concepto fuimos elaborando una estructura narrativa con atmósferas sonoras y visuales muy sugestivas. Nunca hicimos un guión literario. Planteamos acuerdos en común, líneas dramáticas y una premisa. Siempre hemos tenido ideas que queremos expresar, y supongo que hemos tomado grandes riesgos intentando expresarlas; los tomamos precisamente porque nuestras películas (hasta hoy) han sido realizadas independientemente.

Desmenuzan: “En el caso de Lecciones... los riesgos tienen una estructura en seis capítulos, elaborados en tres etapas durante dos años. La base del primero fue una metáfora del Diluvio universal y expresar el ensayo El gesto de ofrecer, de Vilém Flusser.

“Grabamos la primera etapa en Oaxaca, Chiapas y en Veracruz, en abril de 2009. Editamos un montaje inicial y un planteamiento general. En la segunda etapa surgió la idea convertir el montaje en un relato universal contado a nuestra hija. Regresamos a Veracruz y tomamos como personaje central a Zafirah. Después, en casa, grabamos más escenas con ella. La integramos mirando las escenas de la película en la computadora. También la colocamos mirando el Diluvio universal de Miguel Ángel. La última etapa consistió en emancipar la migración más allá de estos estados fronterizos. Grabamos en el Distrito Federal un comedor para gente que vive en la calle; también integramos fotos de un viejo documental nuestro de la Sierra Tarahumara. Finalmente adquirimos fotos de archivo”.

Agregan: “El rigor significa eliminar lo que suponías que servía y al final no funciona. En el caso de Lecciones... quisimos evitar ver al migrante como víctima... Es un ser complejo; si lo vemos dentro de una tradición humanista tenemos que evitar la condena o el juicio inmediato; hay que verlo como ser humano como cualquier persona en el mundo. Pero esto es lo más difícil de trasladar en una película”.

Lecciones para Zafirah ha recibido los reconocimientos: Mejor película en Ahora México y FICUNAM 2011; menciones honoríficas por mejor documental mexicano; el premio José Rovirosa de la Filmoteca; en DocsDF y Puebla Internacional Festival de Cine. También compite en los Arieles 2012 como mejor documental.

Se proyecta hoy en la Cineteca Nacional a las 18:30 horas, y el miércoles 11 de enero a las 20:30 horas, en la sala 6.