En su última reunión anual con más de un centenar de embajadores y cónsules de México en el extranjero, el presidente Felipe Calderón los convocó a divulgar en el exterior que el país tiene problemas grandes, pero los está resolviendo.

El reto de mejorar la imagen de México en el exterior fue planteado también al inicio de los trabajos por la canciller Patricia Espinosa, quien se mostró confiada en que seguirán promoviendo al país más allá de lo comercial o turístico con patriotismo y entrega y hasta el límite de sus capacidades.

La organización de la Cumbre del G-20 en Los Cabos, incluida como tema central de finales de este sexenio, fue también objeto de análisis en una mesa de trabajo. El embajador emérito Andrés Rozental propuso que, como anfitrión, México solicite abrir una discusión política sobre el crimen trasnacional organizado.

Esta última cita de Calderón con el cuerpo diplomático –la siguiente se efectuará en enero de 2013, cuando haya dejado el poder– tuvo lugar durante un banquete en el Castillo de Chapultepec. De hecho, al inicio de la jornada en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Espinosa dio un mensaje prácticamente de despedida y presumió que no habido obstáculo que México no haya podido superar.

En el mismo tono el mandatario federal celebró después que a pesar del problema de percepción que hay sobre México se incrementó la afluencia turística al país y se revierten así los problemas conocidos por los embajadores.

Me siento muy orgulloso del servicio exterior y del cuerpo diplomático mexicano. Me ha tocado constatar en cada país que he visitado y vaya que me han traído. Pido esquina de repente. Hemos visitado muchos países, hemos estado presentes en todos los foros relevantes, expresó.

Lo acompañaban en la mesa de honor los gobernadores aliancistas Gabino Cué y Rafael Moreno Valle, entre otros. Antes de la comida, el embajador en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, era el más buscado por los invitados que se acercaban a saludarlo efusivamente, como Genaro García Luna, Salomón Chertorivski y Gloria Guevara.

Calderón declaró sentirse contento por el liderazgo del país. Tenemos problemas, pero el mensaje que debemos dar es que México tiene problemas grandes, pero también está enfrentando con enorme fortaleza y determinación y los está resolviendo.

Anunció que podían conversar el tema en la comida, ya sin la presencia de los medios de comunicación. Durante media hora aprovechó para justificar la participación del Ejército y de las fuerzas federales en labores policiacas y presumió además logros alcanzados por su gobierno en distintos ámbitos.

Fue el mismo discurso esgrimido por algunos embajadores como el asignado a Gran Bretaña, el ex procurador Eduardo Medina-Mora, quien comentó que ha crecido 11 por ciento el número de visitantes británicos a México y si la percepción fuese de descarrilamiento no habría estos flujos de turistas.

El primer día de la reunión que concluye hoy estuvo enfocado al análisis de temas económicos, del G-20 y de la agenda legislativa. El embajador Rozental consideró que la estructura del G-20 es muy pesada en vez de 20 países son cerca de 34, y poco funcional para lograr acuerdos en el ámbito político.

Pronosticó que si se vuelve a repetir la historia de la cumbre de Francia, donde Nicolás Sarkozy y Angela Merkel se centraron en resolver su problemita en la eurozona, esta agrupación morirá.

Paul Martin, ex primer ministro de Canadá, criticó también el tamaño absurdo de las delegaciones que ocasiona la falta de intercambio en las reuniones y se preguntó para qué se reservan miles de habitaciones y se gasta tanto en vez de organizar charlas más ágiles.