La cadena de ataques ocurre en plena crisis política entre el premier Maliki y los sunitas
Condenas de la Casa Blanca y de la jefa de la diplomacia de la UE a la violencia
Viernes 6 de enero de 2012, p. 21
Bagdad, 5 de enero. Una serie de ataques con bomba dirigidos a zonas chiítas de Irak dejaron este jueves al menos 73 muertos y varios heridos, en el contexto de fuertes tensiones políticas y episodios violentos protagonizados por sunitas y chiítas tras la salida de las fuerzas de Estados Unidos.
El mayor ataque fue cerca de un puesto de control policial en la sureña ciudad de Nasiriya, donde un atacante suicida se inmoló durante una peregrinación, con saldo de 44 muertos y 81 heridos.
Fotografías mostraron a familiares abrazando los cuerpos de jóvenes en el suelo, cubiertos de sangre y con las pertenencias de los peregrinos esparcidas.
Está previsto que cientos de miles de peregrinos chiítas caminen hacia la ciudad santa de Kerbala, en el sur de Irak, antes del Arbain, importante rito religioso para los musulmanes chiítas.
Más temprano, una bomba colocada en una motocicleta estacionada y otro artefacto explosivo ubicado en una carretera causaron la muerte de al menos 13 personas y dejaron heridas a 37 en Ciudad Sadr, un barrio marginal en el noreste de la capital iraquí.
La policía dijo que encontró y desactivó otras dos bombas.
Otra serie detonaciones, con dos coches bombas, en el distrito de Kadhimiya, en el noreste de Bagdad, mató al menos a 16 personas e hirió a 32, indicaron policías y fuentes hospitalarias.
Irak, que está al borde de una nueva guerra civil tras la ocurrida entre 2006-2007, sigue siendo afectada por una mortífera insurgencia sunita y de milicias chiítas, casi nueve años después de la invasión liderada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein.
La cadena de ataques ocurre en plena crisis política entre los bloques sunita y chiíta.
El actual conflicto estalló cuando el partido Iraqiya, apoyado por sunitas, denunció a mediados de diciembre los métodos autoritarios del primer ministro chiíta, Nuri Maliki.
La situación empeoró cuando el gobierno ordenó la detención del vicepresidente sunita, Tarek Hachemi, quien se ha refugiado en el Kurdistán iraquí, en el norte.
Estados Unidos condenó los atentados e indicó que el vicepresidente Joe Biden y el embajador en Irak, James Jeffrey, trabajan para exhortar a los políticos iraquíes a discutir y reunirse
en busca de una solución a sus diferendos.
La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, se sumó a la condena y dijo que los ataques sólo pueden exacerbar una situación política de por sí frágil
.
A todo esto, el consejo de guerra contra el presunto cerebro de la matanza de Haditha, el peor crimen de guerra del que están acusados soldados estadunidenses en Irak, comenzó este jueves en California.
El sargento Frank Wuterich, de 31 años, está acusado de nueve cargos de asesinato por su papel en la muerte de 24 civiles iraquíes el 19 de noviembre de 2005.
El proceso se inició con la selección del jurado, ante un consejo de guerra en Camp Pendleton, la base de marines más grande del mundo, 130 kilómetros al sur de Los Ángeles. Las discusiones durarán alrededor de un mes.