Preocupada por la devastación ambiental y animal, la fotógrafa Dulce Pinzón (Ciudad de México, 1974), cuando tenía 19 años quiso fundar la organización Greenpeace en la ciudad de Puebla, donde radicaba, deseo que no tuvo eco. Después de vivir 15 años en Nueva York, donde realizó su serie Superhéroes, que versa sobre las ocupaciones de los mexicanos en el país vecino, Pinzón regresó aquí en un momento en que las palabras sustentable y biodegradable son de uso general.

Entonces retomó un proyecto, cuyo resultado se exhibe como Historias del paraíso, en la galería Patricia Conde (Lafontaine 73, Polanco). Pinzón estudió fotografía en la Universidad de Indiana, en Pennsylvania, y en el Centro Internacional de Fotografía, en Nueva York, donde también trabajó.

Regresó a la ciudad de Puebla, embarazada, y en el trajín semanal, en la carretera entre ésta y la ciudad de México empezó a recordar el territorio cercano a Río Frío, donde no me alcanzaban los ojos para ver los árboles; pero ahora está muy devastado, talado y sucio.

Luego, un amigo la invitó al ex Museo de Historia Natural de Puebla, ahora Museo Imagina, que conoció de niña y donde tuvo su primer acercamiento a los dioramas y a los animales. Para mí fue un universo fabuloso. De los cuatro pisos, uno quedó en desuso y cerrado al público.

Para Pinzón fue mágico y triste a la vez encontrarme con este espacio. De inmediato, todas las ideas tomaron forma y empecé a ver de qué manera podía intervenir los espacios, primero, para reivindicar la vida de los animales que con su muerte dieron una lección a mi generación y a muchas otras. Luego, los dioramas, pictóricamente maravillosos, que se estaban cayendo.

La fotógrafa, quien prefiere construir una imagen, que cargar una cámara, comenzó a intervenir el espacio del museo de manera periódica, pero de modo lúdico, emotivo, recreando historias que tenía en la cabeza.

Pinzón echa mano de cualquier recurso que encuentra: Todas mis fotografías para esta serie fueron planeadas y busqué protagonistas, desde modelos hasta gente de anuncios, Facebook, ex alumnos, hermanas de mi asistente, el oso de peluche de mi hijo, él mismo y yo en una de las fotos. Incluso, en el mismo museo vio a un niño con las características que buscaba. Sin embargo, los animales son los grandes protagonistas del proyecto, con los dioramas en segundo lugar.

La exhibición Historias del paraíso culmina el 10 de enero.