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Libros de teatro /I
C

omo todos los años, por estas fechas, invito a los lectores a regalar libros de teatro. Bien que se tenga la costumbre de hacer regalos navideños o que se tenga un compromiso, que puede ser de puro cariño, con alguna persona que se dedique al arte escénico, un libro es un obsequio que dice mucho de quien lo entrega y de quien lo recibe, máxime en vista de las pifias al respecto de destacados políticos. Los libros son un buen recuerdo que no se sustituye fácilmente con otras cosas y en cuanto a los de teatro, sean obras dramáticas o de teoría, los hay de todos precios y de impecable factura. Mi recuento anual sirve, además de dar a conocer algo de lo que las editoriales han publicado al respecto, para agradecer los que me han sido obsequiados a lo largo de este 2011. Como este año no pude asistir a la Muestra Nacional de Teatro no recibí las publicaciones teatrales de los estados y he de limitarme a los libros de las editoriales con sede en la capital, limitación que también me impongo a tratar únicamente los que me fueron regalados.

Las Obras completas de Héctor Mendoza, a las que me referí en su momento (21 y 28/03/2011) en tres muy bellos volúmenes coeditados por Ediciones El Milagro, Ediciones La Rana del Instituto de Cultura de Guanajuato, Universidad de Guanajuato y Universidad Nacional Autónoma de México.

A manera de presentación, un esbozo biográfico debido a Luz Emilia Aguilar Zinzer basado en entrevistas que la periodista y crítica de teatro hizo al maestro para ser publicadas por Ediciones El Milagro en su Colección Memorias, entrevistas que fueron interrumpidas casi abruptamente por alguna razón, pero que Luz Emilia logró completar con otros datos obtenidos de otras fuentes, urdiendo muy hábilmente lo dicho por Mendoza con los hechos sociales e históricos en que se insertaban los diferentes momentos del entrevistado. El tercer tomo de estas Obras completas está dedicado a los textos en que Mendoza trata dramáticamente sus teorías acerca del teatro con un prólogo de quien fuera uno de sus discípulos más brillantes, Luis de Tavira.

El Milagro y la Universidad Tecnológica del Valle de Chalco coeditaron de manera coincidente con el momento de su estreno, La expulsión, poema dramático de José Ramón Enríquez que trata el tema de la expulsión de los jesuitas de la Nueva España, teniendo como hilo conductor al jesuita José Ignacio, con un polémico estudio preliminar de Alberto Ruy-Sánchez. Siguiendo con esta casa editorial, en coedición con la Universidad Veracruzana, la Universidad de Sonora y Universidad de Virginia Tech, publicó en su serie El Apuntador Las mujeres y la dramaturgia mexicana del siglo XX, un grupo de ensayos coordinados por Claudia Gidi y Jacqueline Bixler. Olga Martha Peña Doria pasa revista a la dramaturgia femenina en las primeras décadas del siglo; Nidia Vicent analiza El príncipe azul Cucú de Leonora Carrington desde el punto de vista de la teoría de los símbolos de Jung; Consuelo Garrido trata de desentrañar la propuesta de los géneros de Luisa Josefina Hernández; Dahlia Antonio Romero recupera la noción de farsa en El eterno femenino de Rosario Castellanos; David Olguín hace gala de su excelente escritura y su cultura literaria al estudiar a Elena Garro; Claudia Gidi revisa la teoría freudiana al ocuparse del caso Dora en Feliz siglo nuevo, doctor Freud de Sabina Berman. Jacqueline E. Bixler bucea en la relación de pareja a partir de tres obras, Entre Villa y una mujer desnuda de Sabina Berman, Andrómaca real de Ximena Escalante y Quìmicos para el amor de Carmina Narro: Gastón A. Alzate estudia el cabaret masivo que Jesusa Rodríguez ha realizado en las calles. También de esta editorial, coeditando con la Coordinación de Teatro del INBAL –a través de la Subdirección de Teatro Infantil a cargo de Marisa Giménez Cacho que ha propiciado una nueva manera de representar para los infantes– y el programa de Alas y Raíces de Conaculta Teatro para los primeros años, artes escénicas para niños del nacimiento a los tres años cuyo tema, en apariencia inviable, convocó por lo menos a 26 autores de diferentes nacionalidades cuyos escritos fueron compilados por Wolfang Schneider, autor del prólogo, y traducidos por Otto Minera, el director escénico y traductor por excelencia de temas teatrales.