Entre las intenciones del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, en su segundo periodo al frente de la casa de estudios, está generar una serie de acciones que propicien mayor coordinación entre el plan de desarrollo institucional y el presupuesto universitario. Para ello, creó recientemente la Coordinación de Planeación, Presupuestación y Evaluación, donde se desarrollarán y emprenderán las políticas para generar una sinergia entre la prospectiva institucional, la asignación de recursos para los proyectos, la evaluación periódica de los objetivos trazados y la transparencia en el uso de los recursos.

En entrevista con La Jornada, Héctor Hernández Bringas, titular de la nueva coordinación, subrayó que si bien cada entidad universitaria tiene su propio plan de desarrollo, éstos deberán estar ligados y articulados a la columna vertebral, que es el planteamiento general de Narro Robles, a fin de perseguir las tres tareas sustantivas de la universidad: docencia, investigación y difusión de la cultura.

Bajo la coordinación de esta nueva área en la administración de la institución, trabajarán las direcciones generales de Planeación, Presupuesto y Desarrollo Institucional. Además, informó el funcionario, desde ahora el presupuesto (incluidos ingresos extraordinarios) para el ejercicio anual de la casa de estudios dependerá de la oficina a su cargo (anteriormente era la Secretaría Administrativa la encargada de manejar los recursos universitarios).

Al decidir los nombres de los universitarios que integrarían su equipo de trabajo, el rector optó por Hernández Bringas para hacerse cargo de la nueva coordinación. “Me lo dijo tal cual: ‘Te quiero proponer que me ayudes en un reto que me parece de la mayor relevancia: deseo crear una coordinación y quiero que me ayudes en esta tarea. Quiero tener un rectorado de cuatro años con un rector plenamente comprometido con los proyectos de la UNAM y un rector metido en los retos, en el logro de los objetivos’.

Para el titular de Planeación será todo un reto coordinar las tres áreas de las que depende la oficina a su cargo. La planeación es un paso muy importante y será definida por el plan de desarrollo del rector. Emprenderemos estrategias para alcanzar los objetivos planteados y para ello hay que destinar recursos suficientes; el presupuesto estará vinculado con esas estrategias y metas. Al final del ciclo viene la evaluación, pero no esperaremos los cuatro años de la gestión para hacer un balance: el seguimiento será continuo y permanente tanto con las áreas de la coordinación central como con las entidades académicas.

Hernández Bringas –quien anteriormente ocupó la Secretaría de Desarrollo Institucional de esa casa de estudios– dijo que la base para el arranque serán los 15 puntos generales planteados por Narro Robles para su segundo cuatrienio al frente de la institución.

Ubicó la ampliación de la matrícula, la formación de recursos humanos de calidad, la generación de investigaciones –con énfasis en la ciencia básica– que den respuesta a los problemas del país y la popularización de la cultura, como algunos de los principales retos para la UNAM.

Los retos del país en materia de cobertura de nivel superior son grandísimos, dijo. “La cifra oficial dice que alcanzamos 30 por ciento; sólo una tercera parte de los estudiantes que pudieran ingresar a las instituciones de educación superior participan en ellas. Otro reto es la generación de políticas para contrarrestar el envejecimiento de la planta académica, lo que a su vez generará que se abran plazas para los docenetes jóvenes. Al respecto, sostuvo que en breve la coordinación a su cargo se sumará al equipo universitario de trabajo que ya analiza el problema.