El salón de usos múltiples de la delegación Milpa Alta ha sido escenario de todo tipo de actividades cívicas y sociales, pero ahora en ese espacio, con lonas, plásticos y estructuras de metal se adaptaron oficinas de la Dirección de Ecología, porque el área, pese a ser de gran relevancia por estar localizada en la zona rural del Distrito Federal, no cuenta con un lugar fijo para el desarrollo de sus labores.

El anexo de la unidad técnica operativa del Programa Rural Sustentable fue habilitado con dos lonas de hule sostenidas por una estructura tubular. Los escritorios son de metal corroído por el desgaste y algunas de las máquinas que se utilizan para el llenado de formularios o redactar oficios son mecánicas.

Debajo de la escalera de caracol que conduce al segundo nivel del salón de usos múltiples, con pedazos de tela se habilitó un pequeño espacio para preparar café o relajarse en sus ratos libres. Son apenas un par de sillas con forros de hule y una mesa. A decir de las autoridades delegacionales, serán pocos los días que se mantendrán en el lugar, pues se adquirió una casona donde se ubicarán las oficinas.

Pero ese salón no es el único espacio que ha sido transformado en oficinas de gobierno. En la primaria Morelos, primera escuela rural de Milpa Alta, se instalaron la Dirección General de Obras, Desarrollo Social, Servicios Urbanos y Jurídico y Gobierno.

El deterioro en algunas áreas de trabajo de la delegación Milpa Alta es evidente a primera vistaFoto Yazmín Ortega Cortés

El personal administrativo ocupa esas pequeñas aulas con puertas diminutas, de las que aún se conserva la base desgastada por el tiempo. Los salones fueron divididos y se cambiaron los pupitres por enormes escritorios oxidados. Las sillas donde pasan gran parte de su jornada laboral están desfundadas, la esponja para amortiguar el peso prácticamente perdió su volumen y ya no son confortables.

Los espacios de cuatro por cuatro son compartidos por varias personas y los archivos, donde se arman las carpetas de procedimientos recientes. En Desarrollo Social incluso se realiza el empadronamiento de los beneficiarios de los programas sociales.

Algunos de los cubículos ni siquiera cuentan con medidas de seguridad, pues sólo con levantar una cortina de tela se puede tener acceso a la oficina.

El deterioro también se aprecia en el edificio principal de la delegación. El mobiliario prácticamente está inservible, principalmente sillas rotas y escritorios viejos, y la constante: el hacinamiento de empleados.

A pesar de que la oficina de Comunicación Social fue renovada, contrasta con las otras dos que se ubican a la entrada del edificio, donde para evitar las filtraciones de agua de lluvia, se colocó una lámina de metal en el techo, además de que los domos fueron cubiertos para evitar los rayos del sol.