Estocolmo, 10 de diciembre. El rey Carlos Gustavo de Suecia tuvo que galardonar este año con un Nobel a un fallecido, pues durante la tradicional ceremonia celebrada hoy faltó el laureado en Medicina, el canadiense Ralph M. Steinman, quien murió horas antes de que supiera que había sido distinguido por sus logros como inmunólogo.

En este rubro también fueron premiados Bruce A. Beutler (Estados Unidos) y Jules A. Hoffmann (Francia), que compartirán la dotación del premio, de 1.4 millones de dólares, con la familia de Steinman.

La fundación Nobel había considerado retirar la decisión del comité, porque no se permite entregar el premio a una persona muerta, según reza en el testamento de Alfred Nobel (1833-1896), el industrial que creó estos premios.

El poeta sueco Tomas Tranströmer sí acudió a Estocolmo a recoger de manos del rey el Premio Nobel de Literatura a pesar de sus problemas físicos. El poeta, de 80 años, apenas puede decir pocas palabras desde que sufriera un ataque en 1990 y medio cuerpo le quedara paralizado. Durante años fue el eterno favorito para el premio literario más prestigioso del mundo.

En tanto, en Oslo recogieron hoy el Premio Nobel de la Paz las liberianas Ellen Johnson-Sirleaf y Leymah Gbowee, así como la periodista y activista yemení Tawakkul Karman. Los premios científicos, sin embargo, han vuelto a ser territorio de hombres con fuerte presencia de Estados Unidos.

El de Física lo compartieron Saul Perlmutter (Estados Unidos), Brian P. Schmidt (Estados Unidos y Australia) y Adam G.

Riess (Estados Unidos) por su trabajo astrofísico. El premio Nobel de Química fue para el israelí Dan Shechtman por el descubrimiento de los cuasicristales.

El galardón de Economía fue para los estadounidenses Thomas J. Sargent y Christopher A. Sims.

Los premios Nobel se entregan desde 1901, tradicionalmente en una ceremonia el 10 de diciembre.