Monterrey, NL. México pasó de un modelo económico cerrado, en el que sin mayores preocupaciones competían maletas contra maletas, a un sistema donde el sector productivo está en desventaja ante otros países que apoyan las inversiones en investigación y tecnología, afirmó Raúl Gerardo Quintero Flores, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, en el área de tecnología y diseño.

Quintero Flores advirtió que sólo si se apuesta por impulsar la ciencia y la tecnología desde la educación básica, el sector público, las universidades y las empresas, el país estará en condiciones de terminar con el rezago social que deviene problemas de inseguridad, pobreza, inequidad y falta de oportunidades.

Entrevistado en las oficinas de su empresa, Lumidim, enfocada al ahorro de energía en alumbrado, el científico, quien cuenta con nueve patentes internacionales mayoritariamente en el área de tecnología del hierro esponja, dijo sentirse muy contento y satisfecho por haber sido seleccionado para recibir el máximo galardón que se entrega en el país en ciencias y artes, en una ceremonia que tentativamente se celebrará la primera semana de diciembre.

El investigador expresó que el desarrollo nacional requiere gente muy preparada que maneje la planta productiva y e innove. México no puede vivir de las maquiladoras; son de gran ayuda para la economía del país, pero son trabajos muy mal pagados.

Fomento de la creatividad

Lo que el país necesita, dijo, son empleos de calidad donde haya aportación intelectual, no sólo manual; la gente necesita prepararse en aquellas disciplinas que fomentan la creatividad tecnológica. Por desgracia, el mercado laboral está bastante deprimido, pero entre más preparada esté la gente, más posibilidades habrá de salir adelante.

Advirtió, sin embargo, la necesidad de evitar la fuga de cerebros, porque mucho profesionista se va, principalmente a Estados Unidos, por falta de empleos bien remunerados en México. Una cosa viene con la otra, necesitamos gente creativa que dé mayor valor agregado a los productos, al mismo tiempo las empresas serán más productivas y rentables, con lo que podrán también pagar mejores salarios.

Pidió que los jóvenes egresados se atrevan a crear empresas, aunque obviamente se requiere capital, pero, dijo, en la actualidad hay buenos incentivos si bien todavía resultan insuficientes. El impulso de la ciencia, señaló, “debe venir desde la educación básica, para que los niños tengan amor por la investigación, y surja la creatividad, pero requerimos maestros mejor preparados.

No quiero hablar de política, porque no es mi fuerte, pero me da mucha tristeza ver cómo en Oaxaca se pierde mucho tiempo cuando todas las escuelas están en paro; así nunca vamos a salir adelante, declaró Quintero.

Los maestros deben poner el ejemplo; para triunfar se requiere dedicar mucho tiempo al trabajo, al estudio y no estar esperanzados a ver qué nos da el gobierno, añadió.

En el pasado había una economía cerrada, estaba prohibida la importación, competíamos maletas contra maletas, y ahí íbamos todos; pero en la medida que México se abrió, estamos compitiendo con gente muy buena, que dedica mucho de su producto interno bruto (PIB) a la investigación.

Mencionó que mientras en México todavía andamos con un 0.4 por ciento del PIB que se dedica a la investigación y desarrollo tecnológico, en Estados Unidos se ddestina 2 por ciento, pero de una economía siete u ocho veces más grande que la nuestra.

En Corea hay un espíritu muy nacionalista para desarrollar la industria la gente compra sólo carros, televisores, teléfonos, refrigeradores coreanos, a pesar de que tienen a Japón enfrente; lo mismo hacen los nipones, cuyo país también fue devastado durante el final de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras en México somos muy malinchistas: pese a haber buenos productos nacionales compramos artículos de Estados Unidos, Japón, Corea o China.

Mencionó que cuando era niño “los productos japoneses eran lo más corriente que había, pero empezaron a hacer las cosas mejor cada vez y ahorita son los más sofisticados. Pasa lo mismo con los chinos, los coreanos y en India, lo cual es posible porque le han dedicado mucho a la investigación y a la tecnología.

Están altamente desarrollados, nosotros nos hemos quedado rezagados y desgraciadamente aquí los problemas políticos son muy graves; todo mundo se pelea en lugar de ver cómo sacamos adelante al país; pero es un tema de política que no quisiera discutir, dijo el doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

Recursos insuficientes

Sobre el presupuesto comentó que debido a la falta de crecimiento y desarrollo económico, los recursos que genera el país resultan insuficientes. “Es una cobija: si le jalan de un lado se descobija del otro; es un equilibrio difícil de lograr. Hay un dicho muy vulgar: el que traga más saliva traga más pinole; entonces, hay gente que grita más y obtiene más.

“Tenemos mucha pobreza en el país, y uno de los principales rubros adonde se va el dinero es a tratar de apoyar a esa gente, lo cual es correcto, pero no podemos descuidar el desarrollo tecnológico. No porque hay gente en la miseria vamos a dedicar todo a eso, y a olvidar la ciencia y la tecnología, opinó.

Hay que impulsar la investigación y la tecnología, de lo contrario, vamos a mantener al país igual; en cambio, si invertimos más a la ciencia, puede ser mucho más rápido salir del rezago, declaró Quintero.

El investigador recibe el reconocimiento después de una exitosa trayectoria profesional que inició en 1963, al terminar simultáneamente las carreras de ingeniero mecánico electricista y en matemáticas, ambas en la UANL, siendo hasta el momento el único egresado de dicha institución en recibir al mismo tiempo en dos ocasiones el Premio al Saber.

Luego de trabajar un año en Hylsa obtuve una beca de la Organización de Estados Americanos para estudiar en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde cursé dos maestrías de manera simultánea en ingeniería mecánica y eléctrica.

Tras concluir sus estudios en Massachusetts, regresó a Hylsa, pero siempre se mantuvo ligado a la UANL como profesor; la dirección de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica le encomendó formar la Escuela de Graduados, que en septiembre de 1966 abrió las maestrías en ingeniería mecánica y eléctrica.

Al mismo tiempo, en Hylsa escaló posiciones hasta alcanzar la dirección general de la División Tecnología, encargada de la investigación y el desarrollo del proceso del hierro esponja y su comercialización internacional.

Debido a los constantes viajes no pudo continuar como profesor en la UANL, pero fundó el programa de doctorado de FIME, en las ingenierías mecánica y eléctrica. Fue presidente nacional de la Asociación Mexicana de Directivos de Investigación Aplicada al Desarrollo Tecnológico e integrante de los consejos consultivos externos del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica, consejero del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimat), con sede en Chihuahua, y consejero del Centro de Investigación en Matemáticas Cimat, en Guanajuato.

Durante siete años integró la Junta de Gobierno de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia, y desde 2007 es parte de la Junta de Gobierno de la UANL, para concluir su periodo en 2018.