Moscú, 8 de diciembre. Al continuar distanciándose de Rusia Unida (RU), el partido oficialista cuyo triunfo en los comicios legislativos del pasado domingo es cada vez más cuestionado, el primer ministro Vladimir Putin utilizó hoy una nueva marca electoral para respaldar su candidatura presidencial y acusó a Estados Unidos de financiar a la oposición e instigar las protestas contra el fraude.

Aunque de cara a las presidenciales de marzo próximo se benefició de RU para su registro como candidato, lo que le evitó tener que reunir 2 millones de firmas de respaldo, Putin quiere que se le empiece a identificar desde hoy con un llamado Frente Popular de Rusia, fundado en mayo anterior por él mismo para, ante el deterioro de imagen de RU, entrar al relevo.

Al hablar con los miembros del consejo del Frente Popular, que despertó hoy de su sietemesino letargo, Putin se presentó como un líder nacional que se propone representar a todas las fuerzas interesadas en el progreso de Rusia, y dijo que su equipo de campaña se basará en esa organización por estar por encima de los partidos y agrupar a gente muy diferente.

Ofreció coordinar su campaña al director de cine Stanislav Govorujin, y éste aceptó con emoción y orgullo, si bien los expertos creen que será una figura decorativa y tendrá que consultar cada paso con Viacheslav Volodin, vicepremier y hombre de confianza de Putin, que tendrá el control del dinero y las demás herramientas electorales.

Siento mucho cariño por Rusia Unida, partido que en su tiempo yo fundé, pero les pido a todos los miembros del frente rechazar las presiones y bajo ningún concepto ceder sus escaños, dijo Putin en alusión a que funcionarios de RU que no alcanzaron curul por baja votación en sus regiones ahora piden a representantes del frente que sí pasaron en la lista del partido (25 por ciento de los aspirantes) entregarles su mandato de diputado.

Con cientos de manifestantes encarcelados y ante la convocatoria de un nuevo mitin multitudinario para el sábado, que espera reunir hasta 35 mil personas tan sólo en Moscú, y que tendrá su propia acción de rechazo a los resultados electorales en 79 ciudades de Rusia, Putin no pudo eludir referirse al tema de los inconformes.

Y en lugar de responder a los señalamientos de fraude, Putin endosó toda la responsabilidad de las protestas a la injerencia de Estados Unidos, lo que aquí en Rusia tiene como claro destinatario el auditorio que cree que todos los males de este país se deben a los extranjeros, pero no convence a otros que simplemente quieren saber por qué sus votos a otros partidos fueron a engrosar el resultado de RU.

Para Putin, la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, quien declaró que no fueron justos ni libres los comicios en Rusia, “marcó la pauta a algunos personajes en nuestro país, ellos oyeron la señal y, apoyados por el Departamento de Estado, empezaron a ‘trabajar’ activamente”.

Agregó: Les preocupa nuestra condición de potencia nuclear y tratan de desestabilizar a Rusia para que no olvidemos quiénes son los dueños del mundo.

La solución que propone el premier ruso contra los miles de inconformes, tenemos que defender nuestra soberanía frente a los intentos de interferir en nuestro quehacer interno desde el exterior y, en lugar de aclarar las irregularidades en las urnas, fincar más responsabilidades penales a quienes están al servicio de otro país.

En resumen, para el sábado y cualquier otro día, Putin confía en que la policía y las tropas del interior, basándose en que la mayoría de nuestra población no quiere caos en el país, sabrán cumplir con eficacia sus funciones.

Desmentido estadunidense

Estados Unidos rechazó las acusaciones de Putin de que incentiva las protestas poselectorales rusas, y dijo que el financiamiento estadunidense sólo está dirigido a fortalecer la democracia, señaló Afp.

El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, respondió que nada podría estar más alejado de la realidad, haciéndose eco de la reacción horas antes de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en Bruselas, que dijo que sólo apoya los derechos del pueblo ruso.