El instrumento fue creado para ayudar a los países afectados
Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. 37
Bruselas, 6 de diciembre. La agencia de calificación Standard and Poor’s (S&P) colocó bajo perspectiva negativa la nota del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Anunció que el fondo –creado tras el rescate de Grecia para ayudar a los países de la eurozona en problemas por la crisis de deuda– puede perder su nota triple A en uno o dos peldaños.
La calificadora dio a conocer su decisión un día después de colocar bajo vigilancia la nota de deuda a largo plazo de 15 naciones de la región, entre ellas las seis con la máxima calificación, que incluye a las mayores economías europeas –Alemania y Francia–, que a su vez son las principales contribuyentes del FEEF.
La decisión de S&P, que provocó caídas en algunos bolsas de valores, acentuó la presión sobre la Unión Europea, a pocas horas de que empiece una cumbre decisiva sobre la crisis de la deuda.
El FEEF es un instrumento financiero que recaba dinero en los mercados con la garantía de los países de la zona euro, proporcional a su participación en el capital del Banco Central Europeo (BCE). Actualmente cuenta con la máxima nota: la triple A, que le ha permitido pedir dinero prestado a tasas bajas en los mercados. Los recursos que capta los presta después a los países en dificultad (Portugal, Irlanda) a tasas menores que las que deberían pagar en los mercados.
Dada la estructura del fondo, si tuviéramos que bajar la nota de uno o varios miembros de la zona euro, le daríamos la más baja de un país de la unión monetaria que tuvo la triple A
, indicó S&P en un comunicado. Esto podría suponer una rebaja de dos peldaños, en la misma línea de Francia, la nación con triple A más amenazada por la agencia.
Moritz Kramer, responsable de calificación de los estados para Europa, dijo que la agencia se asegurará de que la cumbre que se realizará este jueves y viernes en Bruselas restablezca la confianza
. Confirmó que al término de la cumbre S&P se pronunciará sobre las perspectivas de las notas europeas, ya que el calendario está mayoritariamente determinado por lo que ocurra en el frente político
.
El pasado lunes, S&P amenazó con recortar en uno o dos escalones la codiciada calificación triple A a 15 países de la eurozona, incluyendo a Alemania y Francia (las únicas excepciones son Grecia y Chipre, que ya están por los suelos).
La agencia citó continuos desacuerdos entre las autoridades políticas europeas sobre cómo combatir la crisis de confianza en el mercado inmediato
. También advirtió sobre la desaceleración del crecimiento en medio de tanta austeridad y pronosticó con probabilidad de 40 por ciento la contracción económica en la zona euro. Una rebaja de notas podría requerir automáticamente que algunos fondos de inversión vendan bonos de los países afectados, lo que elevaría aún más los costos de financiamiento de dichas naciones.
Una degradación general de la nota de solvencia pondría además en peligro la capacidad de préstamo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, creado para acudir en ayuda de las naciones más golpeadas por la crisis. Tres miembros de la eurozona –Grecia, Portugal e Irlanda– ya han sido objeto de planes de rescate en los que participan sus socios europeos y el FMI.
Motivaciones políticas en la advertencia, dicen en la CE
La canciller alemana, Angela Merkel, declaró que seguirá aplicando las reformas importantes, y que lo que hace una agencia de calificación es su responsabilidad, al relativizar las amenazas de degradación de la nota de Alemania y otros países.
Francia expresó que tomará en serio la advertencia y reiteró su exigencia de reformar el tratado de la Unión Europea, como respuesta a las amenazas de S&P.
La Comisión Europea rechazó la presión de las agencias de calificación sobre su política para hacer frente a la crisis. Por su parte, Jean-Claude Juncker, presidente de los 17 ministros de Finanzas del eurogrupo, consideró exagerada e injusta
la amenaza de S&P de degradar la nota de los países de la región; consejeros del BCE señalaron que la advertencia tiene motivaciones políticas y que las agencias de calificación crediticia podrían empeorar la crisis de deuda de la zona euro.
En tanto, Moritz Kramer defendió la decisión tras asegurar que la crisis se ha desbordado.
Las bolsas europeas respondieron a la baja ante el golpe: Fráncfort perdió 1.27 por ciento, París 0.68 y Milán 0.49; en cambio, Londres y Madrid permanecieron prácticamente estables con ligeras alzas de 0.01 y 0.8 por ciento, respectivamente.
En América los mercados terminaron con números mixtos, mientras en Asia se registraron las mayores bajas. La bolsa de Tokio cayó 1.39 por ciento, Hong Kong 1.24 y Seúl 1.04.