Guadalajara, Jal., 5 de diciembre. El placer de una narrativa novelesca, de influencia garciamarquiana, combinado con el rigor académico y multidisciplinario que caracterizan sus investigaciones, son sólo algunas de las cualidades de la historia total de Veracruz que es el nuevo libro del historiador, lingüista, antropólogo y jaranero Antonio García de León.

Se trata de Tierra adentro, mar en fuera: el puerto de Veracruz y su litoral a Sotavento, 1519-1821, obra monumental de casi mil páginas editada por el Fondo de Cultura Económica, el gobierno del estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana, que fue presentado por García de León durante la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, concluida este domingo.

Es una historia de Veracruz, pero también de la primera etapa de la globalización, pues estamos globalizados desde el siglo XVI y este puerto es una prueba, afirma en entrevista. Lo anterior se observa, agrega, sobre todo en el Veracruz colonial, lugar y región económica y financiera fundamental en la acumulación mundial de capitales y, por ello mismo, cuna del liberalismo mexicano.

Diez años de investigación

–Por su visión amplia de Veracruz, parece más una historia cultural que una historia convencional. ¿Es así?

–Es una historia nada convencional, que ha llevado 10 años de investigación y generado otros libros. Es un proyecto muy grande que tuvo apoyo de la Fundación Guggenheim y, sobre todo, un trabajo muy intenso en bibliotecas y archivos de varios países. El tema central es cómo el puerto, desde el siglo XVI, se va insertando en la economía mundo.

“Al mismo tiempo es la historia de cinco jurisdicciones coloniales que tuvieron que ver con el mercado interior del puerto, sobre todo al sur de Veracruz hasta el occidente de Tabasco, lo que se llamó desde el siglo XVII el Sotavento, que actualmente se asocia más con la cuenca del Papaloapan.

“El puerto de Veracruz llegó a ser el más importante del mundo atlántico, en el siglo XVII sobre todo. En el siglo XVIII tuvo la gran competencia de La Habana, principalmente. Es una historia también de las redes comerciales del puerto de Veracruz. Primero son redes andaluzas y canarias, en el siglo XVI, después portuguesas, que controlan todo el mundo, y después del norte de España, sobre todo de Navarra y el País Vasco.

Antonio García de León durante la entrevista con La JornadaFoto Arturo Campos Cedillo

“En el siglo XVIII, el control de Veracruz, a partir de la guerra de secesión, estará a cargo de Inglaterra. El consulado del puerto estaba totalmente bajo el control del Banco de Londres y la bolsa de valores inglesa.

Es no convencional porque incluye la perspectiva de diferentes disciplinas: historia económica, antropología, sociología, geografía. Es un libro que pretende ser una historia total de Veracruz y su región al sur. Y es una visión no convencional porque es una historia hecha con fragmentos autobiográficos, con otro tipo de experiencias que yo he tenido en Veracruz.

–Llama la atención que en el libro utiliza recursos literarios para la narración histórica.

–Sí. Hubo un falso dilema planteado por la Escuela de los Annales en Francia: o eras narrativo o eras científico. En este libro trato de demostrar que se puede ser narrativo siendo científico. La forma del libro es totalmente literaria. Es una gran novela, no me da miedo decirlo, con muchas notas a pie de página en donde viene todo el aparato crítico. Si yo le quitara esos pies de página y la bibliografía, sería una novela. Los datos demuestran que la realidad es más novelesca que la ficción, que hay episodios en la vida de Veracruz que son mejores que las novelas.

“Por ejemplo, en el siglo XVII hubo un cacique de Veracruz de origen navarro, Diego Ortiz de Largacha, un personaje novelesco. Este terrateniente tuvo que ver con los ataques del pirata Lorencillo, era tratante de esclavos, tuvo nexos con la Inquisición. Nació en Veracruz, estuvo en las islas filipinas, hizo su carrera militar ahí.

Era gran contrabandista, gran pirata y después fue un cacique de los más sanguinarios en Veracruz, hasta que el virrey fray Payo de Ribera lo sacó de la región, y tuvo que vender todas sus haciendas ganaderas. Por otro lado, también incluí la historia pueblo por pueblo, los chismes, las intrigas, los problemas políticos en las intendencias.