Viernes 2 de diciembre de 2011, p. 17
La salida del subsecretario de Educación Básica y yerno de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, es una expresión de la molestia del Ejecutivo por la alianza que ha realizado la lideresa magisterial con el PRI. Sin embargo, esto no significará un cambio en la política educativa, porque ésta ya tiene un riel
y habrá más de lo mismo
, consideró el experto en educación Ángel Díaz Barriga.
Por su parte, la profesora investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, Etelvina Sandoval, recalcó que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pudo haber perdido a la cabeza
que tenía en la Subsecretaría de Educación Básica, pero la estructura que dicha organización tiene en la dependencia –a la que tiene copada
– se mantendrá.
Díaz Barriga, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México, indicó que tampoco queda muy claro si al presidente Felipe Calderón le interesa romper con la ex secretaria general del PRI, en razón de que es una mujer con demasiada fuerza y poder.
Pero lo evidente es que el cambio del yerno de Gordillo por Francisco Ciscomani no tiene ningún significado para la política educativa. De modo que se continuará con el mismo trabajo. El nuevo subsecretario será más bien un gestor
, afirmó.
Etelvina Sandoval recordó que el sindicato magisterial se vende al mejor postor y apuesta por la propuesta que considera más viable. Abandona el barco, se va para otro lado y nada garantiza que las cosas vayan a cambiar
.
El yerno de la maestra puede decir lo que quiera, que renunció para buscar una curul en el Senado, pero la realidad es que el cargo que ostentó es un puesto político, donde se juegan intereses que no tienen nada que ver con la buena enseñanza de los niños, apuntó.
Esperan nueva etapa
En un comunicado, la Coalición Ciudadana por la Educación subrayó que los acuerdos políticos-electorales entre el gobierno federal y los líderes del sindicato han dañado a la enseñanza y que no estarán satisfechos hasta que se rompa efectivamente la complicidad entre ambos actores, plasmadas en normas que datan de 1946 y 1973, y que mantienen secuestrado al sector.
Como resultado de dichos acuerdos, añadió, el gobierno abdicó de su papel de autoridad y entregó la educación básica a las directrices del SNTE. Ahora, la salida de González Sánchez puede ser el comienzo de una nueva etapa que lleve a considerar a la docencia y a la enseñanza como funciones de Estado y no monedas de cambio, consideró.