El Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba trabaja con instituciones de México, como la Universidad Nacional Autónoma de México, para conocer con precisión cómo se desarrolla el daño celular en los mexicanos, que deriva en un envejecimiento con patologías, informaron ayer Emilio Villa, Irina Wilkins y Roidel Alessandrini, directivos de la institución.

Wilkins, representante en el país del Ciren, explicó que en la actualidad éste ya cuenta con 4 mil muestras de estudio y que en unos tres años se tendrán mayores avances en las investigaciones, lo que permitirá enfrentar el envejecimiento y sus patologías.

Alessandrini González, director de la Clínica de Restauración Biológica General, recordó que a partir del siglo pasado se elevó la expectativa de vida, por la eliminación de enfermedades infecto-contagiosas y los avances en la ciencia para atacar padecimientos como el cáncer.

Sin embargo, esta esperanza de vida ha ido acompañada de afecciones vinculadas con el envejecimiento, agregó, al explicar que el proceso de declinación de la función celular obedece en 25 por ciento a factores hereditarios y en 75 por ciento al entorno social, es decir, a la forma en que se alimentan las personas, si tienen sobrepeso o sufren de tabaquismo, e incluso si viven en un lugar altamente contaminado.

En conferencia de prensa realizada en la embajada de Cuba, destacó que en la isla se han generado tratamientos que ayudan a combatir el envejecimiento patológico, el cual se manifiesta en enfermedades como la osteoporosis o el alzheimer. Los resultados obtenidos son satisfactorios, puntualizó.

No obstante, los tratamientos contra el envejecimiento patológico sólo son una parte de lo que ofrece la medicina cubana.

El director del Ciren, Emilio Villa Acosta, destacó que en este centro también hay una clínica especializada en la atención de niños con parálisis cerebral por lesiones en el nacimiento, con problemas de autismo y lesiones medulares.

Ello se logró gracias a los descubrimientos en torno a la neuroplasticidad del cerebro y que se pueden recuperar funciones que se habían perdido, explicó.

Recordó que el Ciren fue creado en 1989, poco después de que en México René Drucker realizó los primeros trasplantes para tratar el mal de Parkinson. Añadió que el centro dio inicio a su trabajo con investigaciones neurológicas y después pasó al tratamiento de pacientes, y añadió que la institución a su cargo recibe enfermos de 88 países y ha atendido a más de 100 mil personas.

Además de tratar a niños con problemas de parálisis cerebral, también se tiene una clínica para atender adultos con accidentes cerebrovasculares y daños en la médula espinal.