La narradora participa en la FIL y anuncia novela sobre el fin del sueño americano
No sólo se trafica con droga, también con niños, mujeres, con armas, con órganos, alerta
La construcción democrática, única vía para acotar la descomposición mafiosa
de México
Jueves 1º de diciembre de 2011, p. 5
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. Integrante de la guerrilla del M-19 en Colombia, participante en las negociaciones de paz comenzadas en 1983, destacada novelista y observadora de las realidades de América Latina, como las dictaduras y el narcotráfico, Laura Restrepo no da vueltas al asunto cuando habla del crimen organizado en México:
Yo vengo de ver y vivir una película de terror en Colombia, y creo que aquí se está repitiendo. Me aterra que no se miren las experiencias de los otros países latinoamericanos. No solamente me preocupa el fenómeno objetivo de lo que sucede, que es la manera como el país, México, se va volviendo mafioso. Eso ya lo viví, sino ver que muchos mexicanos cierran los ojos.
Restrepo, radicada en este país y autora de narraciones como Delirio (Premio Alfaguara de Novela 2004), acerca del narcotráfico en Colombia, y Demasiados héroes, en torno a la dictadura argentina, agrega en entrevista con La Jornada en un receso de sus actividades en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara:
“Así éramos nosotros, con los ojos cerrados, un poco pensando: ‘No, eso es problema de los narcos; no, eso es problema de los gringo; no, eso es problema de los colombianos; no, eso es problema de los del norte’. Una vez que empieza a invadir, nadie calcula el ritmo que lleva. Entiendo que la situación colombiana sigue siendo más aguda que la que hay aquí. En México todavía no se ha llegado a esos niveles, afortunadamente, pero eso tiene un ritmo multiplicador que nadie calcula.
Porque reducir el problema de las drogas es un esquematismo muy peligroso. Cuando se va armando el comportamiento mafioso eso afecta todas las áreas de la vida. Es decir, no solamente se trafica con droga, se trafica con niños, con mujeres, con armas, con órganos. Cualquier negocio es objeto de incurrir o caer en una estructura mafiosa. El poder se va afianzando también como mafia.
Por legalizar las drogas
–¿Si no se obtienen recursos criminales de un lado, se obtienen de otro?
–Claro, la gran lección de Colombia es que esto es una forma muy enloquecida de capitalismo salvaje que consiste en entender las ventajas de matar a la competencia. La muerte como negocio. Si tú produces sillas metálicas y aquí hay otro que las produce más baratas, pues lo matas y te ganas la plata. Es un contubernio con la muerte, la cultura de la muerte.
En todo esto, advierte Restrepo –quien, en la FIL, participó con Juan Gelman en una mesa sobre literatura y derechos humanos, además de la presentación colectiva del libro 14 años de Premios Alfaguara– las nuevas generaciones tienen un papel fundamental.
Es una juventud que se le ha negado históricamente los caminos de la vida: la educación, la salud, la posibilidad de cierto bienestar o de trabajo. Las vías de la vida están cerradas y optan por las vías de la muerte. Y resulta que eso es rentable, es negocio, y además es una pasión para la juventud. El que no entienda que esas vías de la muerte son una pasión para la juventud y que la única manera de contrarrestarlo es levantando pasiones de signo positivo, pero igualmente intensas, no entiende el asunto.
–Pero la democracia había prometido otra cosa, al menos para México, porque en otros países de América Latina parece que hay avances.
–Lo que pasa es que no es democracia, partamos de esa base. La política de poner al Ejército a combatir a los mafiosos lo único que logra a la larga, según la experiencia colombiana, es narcotizar al propio Ejército, que acaba convertido en cárteles paramilitares.
La única solución real y la única discusión que vale la pena en este terreno es, primero, eliminar la falacia, la hipocresía, y para eso es necesario la legalización de las drogas. Es la prohibición la que produce el negocio. Luego, entender que sólo la construcción democrática del país le pone coto al avance acelerado de esta descomposición mafiosa, que trae consigo esta oleada de violencia que amenaza con disolver la convivencia en todos los niveles.
La utopía ya no está en el norte
Laura Restrepo prepara una novela que lanzará el año próximo, con el tema del fin del famoso sueño americano.
Al respecto, adelanta: En México ves todos los días gente que se regresa, familias que empiezan a mandar plata de aquí para allá. Oscar Wilde decía que cuando uno se va, es porque ya se ha ido. Entonces, se puede decir que los imperios, cuando se están cayendo, es porque ya se cayeron. Pero lo que sí se cayó definitivamente es el sueño, el ideal, la utopía de que en el norte está la solución. Y no solamente en América Latina, sino en el mundo entero, se está cayendo en cuenta que la utopía hay que colocarla en otra parte.