En las dos semanas que restan al periodo ordinario de sesiones, el Senado deberá desahogar más de 100 dictámenes sobre reformas legales, entre ellas la política. Con el fin de cumplir con esa abultada agenda, la mesa directiva decidió dejar de lado la presentación de iniciativas y puntos de acuerdo.

El vicepresidente del Senado, Francisco Arroyo, comentó que entrarán de lleno a la discusión de los dictámenes de leyes, ya que no quieren llegar a la última sesión con una agenda de 50 puntos, como suele suceder.

En ese contexto, la Junta de Coordinación Política acordó ayer crear un grupo de trabajo para dictaminar la reforma política, que les devolvió la Cámara de Diputados, para tratar de subirla al pleno antes del 15 de diciembre.

El grupo está integrado por los senadores Pedro Joaquín Coldwell (PRI), Fernando Elizondo (PAN) y Arturo Núñez (PRD). La intención es definir qué van a hacer. El coordinador del PVEM, Arturo Escobar, dijo que se trata de encontrar “una salida política al PAN, que desde el principio se opuso a avalar la modificaciones que los diputados hicieron a la minuta.

Por ello, recalcó, los artículos de la reforma política que fueron votados de forma idéntica en ambas cámaras podrían ser enviados a los congresos de los estados para continuar con el proceso del constituyente. Aceptar también los cambios que mejoraron la minuta y analizar la posibilidad de insistir en que se incorporen los temas eliminados en San Lázaro.

Sin embargo, el panista José González Morfín reconoció que son muy pocas las cosas que podrían ir en este momento a la Cámara de Diputados.