A partir de 2006, menos días de descanso y más cargas de trabajo para soldados y marinos
Martes 29 de noviembre de 2011, p. 15
La participación de los soldados y marinos en el combate al narcotráfico se ha traducido en el incremento en las cargas de trabajo y en menos días de descanso.
En el Ejército Mexicano, los 49 mil 650 militares que participan en la campaña permanente antidrogas toman parte en operativos en periodos ininterrumpidos hasta de dos meses, que son compensados con 96 horas de franquicia
. En tanto, los elementos de infantería de Marina llegan a cumplir hasta 45 días en operaciones de alto impacto en diversos puntos del país con los mismos tres días de descanso.
A pesar del degaste emocional que para los militares representa participar en operativos contra el crimen organizado, en los que son frecuentes los enfrentamientos armados, muertes y lesiones, ni el Ejército ni la Armada atienden posibles trastornos sicológicos o de estrés de los elementos, reconocieron ambas dependencias.
En una petición concreta de información dirigida a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), respecto a cuántos soldados han sido atendidos de diciembre de 2006 a la fecha por problemas sicológicos o por estrés, producto de su participación en el combate a las drogas, la dependencia contestó: De acuerdo con la información registrada en la Sección de Salud Mental de esta dependencia, no se tiene diagnosticado a ningún soldado por problemas sicológicos o por estrés, producto de su participación en el combate a las drogas
. En el caso de la Secretaría de Marina (Semar), la respuesta fue similar.
Labores inocuas hasta 2005
Antes de la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de la República los militares –y en menor escala los marinos– participaban únicamente en la destrucción de plantíos de droga; los enfrentamientos con narcotraficantes eran esporádicos y prácticamente las bajas eran mínimas.
En cambio, de 2006 a mediados de este año, la Sedena había contabilizado mil 475 agresiones contra militares, con saldo de 105 soldados muertos y 571 heridos; en ese periodo murieron al menos 15 marinos.
Mandos castrenses reconocieron que anteriormente, los soldados estaban fuera de casa entre uno y dos meses, regresaban y después de un tiempo volvían a salir; en cambio ahora son enviados con frecuencia a diferentes estados a operaciones de alto riesgo en las que la posibilidad de participar en enfrentamientos con la delincuencia organizada es constante.
Según la Sedena, los soldados pueden ser enviados de nueva cuenta a operativos anticrimen después de sus tres días libres; en cambio, en la Armada de México los efectivos son encuadrados en sus unidades por 15 días, en los que reciben adiestramiento y realizan acciones administrativas.
Lo anterior, confió una alta fuente naval, con el propósito de que los marinos tengan un poco más de descanso y evitar que su moral baje por estar lejos de su familia.
A falta de una estrategia de salud mental para los militares, en la Armada de México se ha apostado por que los marinos reciban licencias cuando así lo requieren por cuestiones de salud o por asuntos familiares.
Cuando el comandante de una unidad detecta que alguien está en malas condiciones lo regresa a su unidad; además hay un rol que todos acatan para participar en los operativos de alto riesgo. A nadie se le discrimina, pero tampoco se deja que algunos vayan a todas, porque tampoco es sano.
Otro punto, comentó la fuen-te naval, tiene que ver con proporcionar al personal buenos uniformes, buenas botas, alimentación adecuada y cumplir a cabalidad con otorgarles los 20 días de vacaciones anuales a que tienen derecho.
Experiencia siquiátrica militar
Cabe señalar que hay una gran variedad de literatura referente a la práctica y la experiencia siquiátrica militar.
Un estudio del Instituto Superior de Medicina Militar de Cuba Dr. Luis Díaz Soto (2001) señala que la siquiatría militar tuvo su origen durante la guerra ruso japonesa de 1904 a 1906, y que después de la Segunda Guerra Mundial hubo multitud de pruebas de que la tensión y el esfuerzo producían enfermedades mentales en el personal considerado normal
.
Los especialistas cubanos hallaron que el estrés también se relaciona con conflictos con los jefes, aumento en las responsabi- lidades y falta de disfrute de vacaciones y del tiempo libre. Concluyeron que considerando el ritmo de trabajo, prontitud, calidad y la existencia de estresores muy particulares del medio militar
, resulta una necesidad atender a los soldados con equipos de salud mental: en los polígonos de entrenamiento, en las maniobras y también en la vida de la unidad militar.