Con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) se pretende contener cualquier tipo de estrategia política de partidos o de candidatos que pretendan autoproclamarse triunfadores (en las elecciones federales), sin los fundamentos necesarios. El programa es un elemento de contención para evitar confusiones en la noche misma de la elección, aseveró el secretario ejecutivo del Instituto Federal Electoral (IFE), Edmundo Jacobo Molina, al aprobarse el consejo técnico asesor que colaborará con el organismo.

Tras la polémica desatada por el manejo del PREP en los comicios presidenciales de 2006, en esta ocasión el IFE se anticipó a defender dicho instrumento.

El consejero presidente Leonardo Valdés consideró que frente a la mayor competitividad electoral en México, la información emitida por esta autoridad electoral se convierte en un factor de estabilidad.

Agregó que independientemente de cualquier consideración técnica, el PREP contribuirá a dirimir cualquier controversia electoral la noche del primero de julio. El impacto político de estas cifras en la credibilidad del IFE y en la estabilidad política del país deber ser guía del Consejo General.

El IFE avaló la conformación del comité técnico asesor del PREP, que estará integrado por Salma Leticia Jalife, maestra en ciencias con especialidad en telecomunicaciones; Carlos Fernando Jaimés Pastrana, doctor en ingeniería eléctrica; Ciro Murayama, doctor en ciencias económicas; Rafael Pérez Pascual y Víctor Manuel Silva, doctores en ciencias.

Graves fallas

En su intervención, el representante legislativo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Pablo Gómez, cuestionó que el PREP mexicano no es de los mejores y más rápidos del mundo, estamos todavía muy atrasados. No es por falta de tecnología, es por falta de organización, de precisión de que las cosas se hagan exactamente como tienen que hacerse. Todavía hay rezagos, sostuvo.

Jacobo Molina defendió la estructura del PREP y el soporte tecnológico que está diseñado “precisamente para evitar ‘caídas’, porque cada elemento tiene piezas alternativas que entrarían en operación, pues se trata de resultados oficiales. Sin embargo, subrayó que el PREP no sustituye el conteo que debe realizarse a partir del 4 de julio, pero brinda un panorama cierto de la votación a escala nacional.

Aseguró que en las pasadas elecciones las cifras fluyeron sin interrupción, sin posibilidad de manipulación y con transparencia; es un sistema diseñado para evitar colas y congestionamientos. Si los datos de todas las casillas (alrededor de 149 mil) llegaran simultáneamente sería capaz de incorporarlos y mostrarlos en dos horas.

El funcionario agregó que el programa es un instrumento que da confianza, pues funge como control y verificación. En los hechos, el PREP quiere demostrar que no hay posibilidades de fraude, que no existen razones técnicas ni políticas para que las elecciones de cualquier escala o magnitud no obtengan sus resultados de un modo rápido, cierto, eficaz.

Sin aludir al polémico desarrollo del PREP en 2006, Jacobo Molina dijo que la evolución del programa será verificado por todos, pues las cifras que aparecerán son las mismas que poseerán los partidos por conducto de sus representantes, porque parten de las mismas actas.

“Dicho más claramente, no sólo el PREP sino las encuestas profesionales, los sondeos bien hechos, la investigación demoscópica y no la propaganda, y los conteos rápidos serios y rigurosos, habrán preparado el terreno para que los actores puedan asimilar la voluntad popular, sea la que sea, concluyó.