Martes 29 de noviembre de 2011, p. 24
Washington, 28 de noviembre. Estados Unidos apuesta a alcanzar avances modestos pero concretos en la conferencia de Naciones Unidas sobre clima, que se inauguró este lunes en Durban, Sudáfrica, pero ello no significa que esté dispuesto a sumarse a un acuerdo.
Los representantes de más de 190 naciones negociarán hasta el 9 de diciembre la focalización del proceso de lucha contra el calentamiento global emprendido por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Los países pobres reclaman prolongar el Protocolo de Kyoto, que nunca fue ratificado por Washington.
Trabajamos de manera constructiva con los chinos
, expresó recientemente Todd Stern, negociador estadunidense en materia climática. Advirtió, sin embargo, que su país se niega a adherirse a cualquier acuerdo que le fije obligaciones, si el conjunto de las principales economías no está igualmente sujeto
a él. Estados Unidos, abundó a la prensa, no se siente involucrado en la suerte que pueda correr el Protocolo de Kyoto, ratificado por 141 países, cuya primera parte expirará a finales de 2012.
Kyoto no está en las mesa de negociaciones para Estados Unidos, pero no vemos que ello sea obstáculo para el desarrollo de la conferencia de Durban
, subrayó. Firmado en 1997 y vigente desde 2005, el protocolo es el único acuerdo internacional que busca reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Sólo los países desarrollados –con la notable excepción de Estados Unidos– aceptaron someterse a él.
Japón, Rusia y Canadá advirtieron, sin embargo, que no seguirán adoptando obligaciones que Estados Unidos no asume, y a las que también escapan China e India. China es el país que más contamina actualmente y ha desplazando a un segundo puesto a Estados Unidos, pero este último es el más contaminante si se toman como referencia las emisiones por habitante. La postura estadunidense podría conducir la conferencia de Durban a un callejón sin salida.
La Unión Europea advirtió que no se embarcará en nuevos objetivos en el marco de un protocolo dos sin el compromiso de Estados Unidos, China y otros grandes países contaminantes de adoptar principios que conduzcan a un tratado de respeto obligatorio hacia 2020. Según Stern, las negociaciones van a centrarse en el periodo 2012-2020 y apuntarán a consolidar los acuerdos de principio establecidos en Cancún, México, en 2010. Estos últimos se tratan de la protección de bosques, los métodos de verificación de los objetivos de reducción de las emisiones de CO2 anunciadas por varias naciones y la creación de un fondo verde destinado a recaudar hasta 100 mil millones de dólares al año de aquí a 2020 para ayudar a los países más vulnerables al calentamiento. Elliott Diringer, del Centro para Soluciones de Energía y Clima, instituto de investigación privado, sostuvo: Las discusiones en Durban estarán centradas en estructurar un acuerdo y evaluar el nivel de ambiciones de las partes. Las naciones deberían centrarse en acciones a escala nacional para establecer condiciones que permitan a la larga un compromiso obligatorio sobre reducción de emisiones de CO2
.
Pero los problemas económicos, el periodo electoral y la fuerte oposición de legisladores pertenecientes a estados que dependen del carbón y el petróleo crean un panorama que no favorece un cambio de comportamiento de Estados Unidos. El sondeo más reciente de la empresa Gallup mostró que 53 por ciento de estadunidenses considera el calentamiento global una amenaza grave, contra 63 por ciento dos años antes.