Más de 6 mil candidatos de 55 partidos contienden por los 498 asientos de la cámara baja
Son los primeros comicios democráticos en el país desde el golpe militar de 1952
Se prevé que los Hermanos Musulmanes sean ganadores; la votación terminará en enero
Martes 29 de noviembre de 2011, p. 21
El Cairo, 28 de noviembre. Los egipcios se volcaron a las urnas en enormes filas este lunes, durante las primeras elecciones democráticas que se realizan después de varias décadas, y que podrían a la larga dar nueva forma a Medio Oriente, en una jornada que pareció transcurrir sin violencia.
Hileras de más de 800 metros comenzaron a desplegarse desde muy temprano; los egipcios salieron en manadas para unos comicios como no se habían visto desde el golpe militar de 1952, que dio inicio a 60 años de autocracia.
“Es el primer paso en el camino a la democracia –comentó Farouk Hamdi, abogado de 27 años, en Shubra, zona del norte de El Cairo donde habitan grandes números de cristianos–. El tramo que nos falta es muy difícil, pero tengo confianza en el futuro.”
En las semanas anteriores, las calles bullían con una energía electoral impensable en tiempos del ex presidente Hosni Mubarak o sus predecesores.
Los egipcios han pasado años viviendo con elecciones prefabricadas y predecibles. En cambio, este lunes los ciudadanos pudieron escoger entre más de 55 grupos políticos que compiten por los 498 asientos de la cámara baja del Parlamento, la Asamblea del Pueblo.
Los vecindarios se cubrieron de carteles y mantas de más de 6 mil 600 candidatos en campaña, desde políticos de extrema izquierda hasta religiosos ultraconservadores. Se espera que los Hermanos Musulmanes sean el principal ganador y cumplan su aspiración de décadas de elevarse al poder, luego de años de persecución por sucesivos regímenes.
Un grupo de muchachas con pañoletas en la cabeza, fuera de una casilla en el norte de la capital, dijeron a The Independent por qué votarían por el Partido Libertad y Justicia, brazo de los Hermanos Musulmanes, fundado luego del derrocamiento de Mubarak.
Serán mejores que los otros partidos para gobernar el país
, dijo una, antes que una mujer de mayor edad la hiciera guardar silencio y alejarse. Otro elector de Shubra, Mohammad Sobhi, de 62 años, oficial retirado del ejército, señaló que él también votaría por los Hermanos. Sentado en un salón de té con un periódico doblado en el regazo, explicó: El islam tiene una solución para cada problema del mundo
.
Antes de las elecciones había el temor de que la primera ronda de votaciones estuviese plagada de abusos reminiscentes de la época de Mubarak. Grupos pro derechos humanos criticaron la cobertura dada por los medios a los partidos. Según Mona Nader, del Instituto de Derechos Humanos de El Cairo, la agenda de los periódicos manejados por el Estado, como Al-Ahram, era parcial hacia un montón de nuevos partidos seculares que han surgido desde la caída de Mubarak. Esos periódicos ignoraron por completo a los partidos liberales
, afirmó.
Otros criticaron la selección de los jueces que supervisarán el proceso electoral. Son los mismos que vigilaron los comicios pasados
, señaló Bassen Samir, de la Academia Democrática de Egipto, en referencia a la muy desacreditadas elecciones parlamentarias de 2010.
Con miles de soldados asignados a las casillas en todo el país, hubo pocos reportes de violencia seria: muy diferente de los comicios anteriores, cuando hordas de baltagi, esbirros del gobierno, interrumpieron el proceso.
Sin embargo, el camino es aún peligrosamente disparejo. Los activistas mantienen el cerco a la Plaza Tahrir, exigiendo desde su ciudad de tiendas de campaña que el Consejo Militar entregue de inmediato el poder a un gobierno civil interino.
“Las elecciones son una farsa, una porquería –sostuvo Mohammad Habib, de 37 años, en el centro de El Cairo–. No es correcto que primero nos maten y luego nos pidan ir a votar.” Se refería a los disturbios recientes, en los que docenas de manifestantes perdieron la vida.
Las elecciones de la cámara baja egipcia no terminarán hasta enero, en tanto la votación por el Consejo Shura, la cámara alta, continuarán hasta marzo.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya