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Liborio Sánchez, la figura de Querétaro

Gallos dejó fuera al superlíder Chivas
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de noviembre de 2011, p. a35

Guadalajara, 26 de noviembre. La revancha personal de Liborio Sánchez terminó la obra que Querétaro inició en la ida, para conseguir su primer boleto a semifinales de primera división tras empatar sin goles con un Guadalajara que buscó, pero el portero se encargó de que se cumpliera la maldición del superlíder.

Pese a que sufrió bastante, el triunfo de 2-1 que consiguió Gallos Blancos la semana anterior, en la ida de los cuartos de final del torneo Apertura 2011, le bastó para hacer lo que pocos creían y reafirmar una vez más que en estas instancias las posiciones en la tabla general poco importan.

La diferencia fue que Chivas no aprovechó las opciones que tuvo, pues en los 45 minutos iniciales del partido de vuelta tuvieron ocasiones para revertir la desventaja, pero se toparon con el arquero surgido de sus filas.

Los de casa tomaron el papel de protagonista, y pese a que les regalaron toda la iniciativa, la realidad es que carecieron de talento para abrir un cerrojo que en pocas ocasiones se vio superado.

Ante la falta de peso específico de sus hombres de talento, como Marco Fabián de la Mora, los balones por aire fueron las principales armas del Guadalajara.

Sin embargo, los locales nunca contaron con que una de las armas que trabajaron en sus fuerzas básicas hoy fue factor determinante para que se fueran en blanco.

Liborio Sánchez empezó a parar todo desde el minuto 18, cuando Érick Torres se levantó dentro del área para conectar con la cabeza el balón, que el portero mandó a tiro de esquina.

Catorce minutos después, una serie de rebotes permitieron a Jorge Enríquez rematar dentro del área directo al ángulo superior izquierdo, hasta donde llegó Sánchez y mandó a un costado.

Si con eso no bastara, a cinco minutos del descanso un balón peinado de Héctor Reynoso fue atajado a contrapié por Liborio, quien una vez más se agigantó para evitar la caída de su marco.

Para la parte complementaria, el técnico Fernando Quirarte sacó a un defensa central (Mario de Luna) y dio cabida a un atacante (Antonio Salazar). Al ver que el reloj avanzaba y todo seguía igual, agotó sus cambios con los ingresos de Omar Arellano y Jorge Mora, gente netamente ofensiva.

En un tiro de esquina por derecha el Cubo Torres prendió con un testarazo que pegó en Sergio Ponce para irse apenas a un costado del poste izquierdo, al minuto 69.

La historia pudo haber cambiado en la agonía, pero una vez más Sánchez hizo acto de presencia para impedirlo. Querétaro, contra muchos pronósticos, sigue con vida y con los sueños intactos.