Acapulco, Gro., 23 de noviembre. No haber combatido con firmeza narcotráfico y crimen organizado fue un grave error de gobiernos anteriores, que permitió a las bandas distribuirse en forma más rápida en el territorio nacional y enquistarse en las instituciones del Estado, e incluso poner a su servicio estructuras completas de policías o procuración de justicia, aseguró el presidente Felipe Calderón.

Pensar que el problema se gestó de la noche a la mañana o que empezó con esta administración es tan equivocado como suponer que al retirar a las fuerzas federales o al concluir la presente administración desaparecerá por sí mismo, dijo.

No hay soluciones mágicas

Ante los secretarios de Marina, Defensa Nacional, Gobernación y Seguridad Pública, así como la procuradora general de la República –integrantes del gabinete de seguridad–, Calderón advirtió que la lucha por la seguridad y la construcción de un México de leyes es un camino largo que no tiene atajos ni soluciones mágicas.

En la octava Región Naval, con sede en este puerto, el jefe del Ejecutivo federal encabezó una ceremonia de abanderamiento del barco de apoyo logístico Montes Azules y otra por el arribo del buque-escuela Cuauhtémoc, que estuvo casi ocho meses en altamar para adiestrar a elementos de la Marina, entre los que por primera vez se incluyó a mujeres en los cursos de capacitación.

Sobre la cubierta del Cuauhtémoc, Calderón insistió en que el problema no se resolverá volviendo al esquema errado del pasado. Por el contrario, el retiro de las fuerzas federales, que son las que están conteniendo, dominando y replegando a la criminalidad, sólo puede derivar nuevamente en la expansión que en el pasado se permitió a la criminalidad.

He dicho y reitero que la única manera de terminar verdaderamente con este problema es perseverar en la estrategia, que no se limita a confrontar a los criminales, sino que tiene otros dos ejes fundamentales, agregó.

Los otros ejes de la estrategia contra la delincuencia organizada, explicó, son la depuración y el fortalecimiento de los cuerpos policiacos, ministeriales y judiciales, así como la recuperación y el fortalecimiento del tejido social.

Rechazó que la violencia sea consecuencia de esa acción de gobierno. La violencia no se da por la intervención de las fuerzas federales; es al revés, las fuerzas federales intervienen porque hay violencia, y porque hay violencia en un lugar determinado, dijo en referencia a los operativos de seguridad que se aplican en los estados de Guerrero y Veracruz.

Durante su discurso, manifestó que la solución definitiva se dará cuando se logre reconstruir las instituciones de seguridad y de justicia; cuando haya policías confiables, bien preparados, bien pagados y bien armados en cada punto del territorio nacional, y eso permita a las fuerzas federales, incluida la Armada de México, realizar fundamentalmente sus actividades tradicionales.

Sostuvo que el cambio en el modelo de negocio de la delincuencia explica en buena parte la situación que hoy se vive en materia de seguridad, pues del narcotráfico que practicaban a Estados Unidos las bandas criminales comenzaron a dedicarse al narcomenudeo. Y tras el control territorial y de las autoridades, que se les permitió y que ellos buscaban para vender su mercancía, han pasado a otras actividades ilícitas, como robo, secuestro o extorsión.

Calderón agregó que su gobierno pudo, como algunos sugieren, no intervenir y no defender a la población con lo mejor y más valioso que se tiene: las fuerzas armadas y la Policía Federal. Sin embargo, nuestro deber ineludible es, ha sido y será siempre proteger la seguridad y la integridad de las familias de Acapulco, del estado de Guerrero o de cualquier parte del país.