Ayer, en el Plantel Vallejo del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), comenzó el octavo Festival Ollin Kan (seis en Tlalpan y dos en Iztapalapa). Antes duraba un mes, ahora sólo serán cinco días, pero nos adaptamos a las circunstancias. Allá. en Tlalpan no les interesó más, expresó en entrevista con La Jornada el director general de esta actividad, José Luis Cruz.

El programa seguirá hoy en el Plantel Oriente del CCH; las otras sedes son el teatro Fausto Vega y el Cerro de la Estrella. “En Coyoacán lo vamos a hacer en un bar, en Centenario 105. Son seis sedes en total.

“En Tlalpan lo que pasó es que dejaron de tener interés, concretamente el delegado, y, bueno, lo veo como un cambio. Desgraciadamente los gobiernos no quieren hacer lo de sus antecesores, aunque tengan el mismo signo partidario.

Sí, el festival ya estaba identificado con la delegación y hay gente de Tlalpan que lo solicita. Dijeron que iban a cambiar de política cultural. Nos retiramos de ahí sin ningún problema.

Noche de reggae

Agregó que este año el fin principal es consolidar el festival en Iztapalapa, “porque evidentemente tiene que ver con las diferentes tribus urbanas, y qué mejor lugar que hacerlo en un centro ceremonial como es el Cerro de la Estrella, donde confluyen varias culturas. El 25 tendremos una noche de reggae, con grupos oriundos del Caribe, como Jamaica, Barbados, Cuba, Venezuela y, por supuesto, de México. Se apreciarán varias maneras de tocar el reggae, con más de 12 bandas.

Estamos invitando a los chavos y a los que quieran para que acampen el 26 toda la noche y disfruten de 16 bandas de todo el mundo, como de Colombia, Venezuela, Irán, Turquía y otra vez, por supuesto, de México.

En total, en los cinco días se presentarán 30 grupos integrados por más de 250 músicos. Antes duraba un mes y ahora han influido razones presupuestales, comentó Cruz.

Aceptó que ha tenido que recomenzar. Es difícil porque no hay proyectos a mediano o a largo plazos. Todo recae en gobiernos que se olvidan de que la cultura es patrimonio social, de la gente, de la ciudadanía, y que es un derecho adquirido. Vuelvo a comenzar; soy necio. Es muy importante señalar que este festival lo realizamos en Portugal, en Malí, en un ambiente muy diferente... ¡es África! Es un legado y estamos en pláticas con las autoridades de Santiago de Compostela, en Brasilia y el año entrante en Bogotá.

Recomendó no perderse la actuación de Árifa, grupo integrado por músicos de varias nacionalidades, “uno de ellos turco, otro iraquí y uno holandés. Mezclan varias cosas y tocan jazz. Otro elemento destacable es José Manuel Budiño, gallego que toca la gaita, instrumento en auge. En México hay unos gaiteros ligados al batallón de San Patricio.

“Dibo Márquez es un percusionista venezolano y viene con una chica francesa, un diyéi y un guitarrista muy bueno. Aparte, se van a juntar en lo creativo con músicos mexicanos.”

No quiso dejar pasar la ocasión de subrayar que las músicas que traemos son las que llamamos en resistencia, porque no son comerciales, sino se escuchan poco en México. Es una oportunidad única para reunir gran cantidad de gente en el Cerro de la Estrella. El Ollin Kan se presenta en el contexto de la actividad denominada Fuego Nuevo, para demostrar estas resistencias culturales, porque cada músico tiene una idea del mundo, ante la vida. Estos creadores combaten la uniformidad y resisten ante la agresión del mundo global.

El escenario en el Cerro de la Estrella está en las faldas de ese monte. “Es una invitación a bailar y convivir durante dos días.

“Quiero decir que es un mito considerar violenta a esa zona, pues es una demarcación con una cultura ancestral. Hay un estigma, porque vas caminando en la colonia Del Valle y te asaltan, y hay áreas en Iztapalapa que son más tranquilas. La entrada es gratuita. La inauguración oficial es este jueves, a las siete de la noche, en el Fausto Vega. El audio es profesional.

Invitó a revisar la programación en www.ollinkan.mx