Ottawa, 22 de noviembre. La 18 reunión interparlamentaria México-Canadá concluyó aquí, sólo con el compromiso de los legisladores de ambas naciones de instar a sus respectivos gobiernos a incrementar la cooperación en materia de combate al crimen organizado trasnacional y a mejorar la integración económica, a escala regional y multilateral.

En el asunto que más preocupa a la delegación mexicana, el de las visas impuestas a los connacionales que quieren viajar a Canadá, se decidió que un grupo de legisladores canadienses visite México en enero de 2012 y lleve como tema prioritario avanzar en la eliminación del visado.

En la ceremonia de clausura, el presidente del Senado canadiense, Noel A. Kinsella, reconoció que debe mejorarse la relación con México y lograr una colaboración más estrecha. Los problemas transfronterizos requieren soluciones transfronterizas, recalcó, en respuesta a otra de las preocupaciones que le plantearon en torno a una mayor apoyo para temas de seguridad y justicia.

El diputado Porfirio Muñoz Ledo recalcó que Canadá debe tropicalizarse y volver los ojos hacia México y América Latina, lo que provocó aplausos en los congresistas canadienses y hasta los hizo sonreír.

Antes, durante los trabajos a puerta cerrada, Muñoz Ledo les hizo notar que en México se generan 35 mil millones de dólares anuales por el tráfico de drogas y en Canadá unos 24 mil millones de dólares por la venta de armas, actividades ilícitas que persisten por la complicidad de los bancos y el sistema financiero.

En su intervención en el salón de plenos, el presidente del Senado mexicano, José González Morfín, insistió en la necesidad de eliminar el visado. Es muy positivo, dado que compartimos la visión de una región de América del Norte más integrada, que hayamos podido tocar de manera franca y cordial el tema de la visa para visitantes mexicanos.

Hizo notar que la situación actual evidentemente no es la óptima para ninguno de nuestros dos países, y por eso la delegación mexicana considera que con voluntad encontraremos un modelo que permita facilitar mucho más las visitas de nuestros connacionales a este gran país, y al mismo tiempo, por nuestra parte, garantizar que este flujo se dé de manera ordenada y apegada a la legislación canadiense.

Celebró que el Grupo de Amistad Canadá-México, recién integrado en Ottawa, que preside el congresista John West, viaje a principios de año al Distrito Federal, para tratar ese tema y los demás pendientes.

Agregó que otra coincidencia entre ambos congresos es revisar y actualizar algunos términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Espero que ese esquema de competitividad fortalezca los derechos de los trabajadores y genere mejores condiciones de seguridad social, salud y bienestar.

A su vez, en su discurso, el senador Kinsella se refirió a la posibilidad de que Canadá reciba a un mayor número de estudiantes mexicanos. Dijo que en las 96 universidades mexicanas sólo 5 por ciento del alumnado es extranjero.

Quisiera ver que en el futuro cercano se duplique el número de alumnos de México que estudian en Canadá, señaló.

La reunión se llevó a cabo en medio de la cordialidad de los congresistas canadienses, pero con severas medidas de control y vigilancia del personal de seguridad y protocolo de ese recinto senatorial. Un día antes, cuando la delegación mexicana pudo presenciar una sesión –desde la parte de arriba–, los vigilantes recriminaron en tono casi grosero a los legisladores sólo por recargarse en el barandal.

Ayer, personal de protocolo pretendió obligar al senador priísta Carlos Jiménez Macías a interrumpir una entrevista con reporteros, afuera del salón de plenos.