Los árbitros, quisquillosos con nosotros
La presión se come a los Cementeros: Boy
Miércoles 23 de noviembre de 2011, p. a14
La Máquina apeló ante la comisión disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) del castigo a Fausto Pinto, sancionado dos partidos por insultar al técnico del Morelia, Tomás Boy. En tanto, el portero Jesús Corona ironizó: Si ahora se va a sancionar por insultos, quedaremos cinco contra cinco en los partidos
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Mientras Boy aseguró que la presión se está comiendo al Cruz Azul
, el equipo capitalino quedó en espera del veredicto final, que se conocerá el jueves.
Corona consideró que el castigo a Pinto es exagerado; nunca me había tocado ver que por una palabra grotesca se expulsara a un jugador
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Señaló que en adelante pondrán atención para ver si se sanciona a los demás equipos de la misma manera, pues en la cancha nos decimos bastantes cosas por la calentura del partido... Por ahí los árbitros han sido un poco quisquillosos con Cruz Azul
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Tras conocer las recientes declaraciones del Jefe Boy, el arquero celeste las desdeñó: “Yo respeto lo que diga el señor, cada quien es libre de decir lo que quiera.
Lo tomo sin importancia, no me interesa. La verdad, no me gustaría hablar mal de Tomás. ¿Saben qué le diría? Nada. Que haga lo que quiera.
Luego de recomendar evitar roces y no dar pie a infracciones arbitrales, Corona aseguró que este sábado en el estadio Azul podrán remontar el 2-1 adverso.
La táctica será no dar la iniciativa a Morelia, presionar y controlar el balón en todo momento... Tenemos muchas ganas de demostrar que podemos
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Desde Morelia, en entrevista radiofónica, Boy negó haber provocado a Pinto y consideró que la protesta de los azules es una muestra de tensión: “Están demasiado condicionados para algunas cosas; ellos no van a ganar por default, tienen que ser mejores que el rival.
“Podemos decir que mi molestia es que el doctor de Cruz Azul atraviesa mi área técnica, casi me atropella y sin autorización para entrar a la cancha. Se lo reporto al cuarto árbitro, hace caso omiso, no le importa y después me quejo, le explico que el jugador no tiene nada. Le digo ‘mira, se está riendo, no tiene nada’.
El jugador se paró, me hizo una seña y me insultó, yo me quedé desconcertado por la actitud de ese chico. Ese jugador agarró a patadas a mi preparador físico la temporada pasada.