Lunes 21 de noviembre de 2011, p. 39
Alfredo López Austin, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, historiador experto en culturas indígenas y mesoamericanas, señala en entrevista: “Debemos tomar en cuenta que hay una gran distancia entre el territorio sagrado y la tierra como propiedad privada o comunal. Hay una parte de los mexicanos que tienen derecho a su territorio en sentido amplio, porque en él han formado su cultura, su religión; la percepción de su subsistencia, una fuente de riqueza y entrega. Esto es clarísimo entre los huicholes.
“Su concepción del mundo implica penetrar en territorio sagrado. Una entrega de todo el grupo peregrinante frente a lo divino y que esperan sea el móvil de lo divino hacia ellos. Quitarles esta oportunidad a estos grupos humanos, apropiarse indebidamente de su territorio, es troncharles sus esperanzas de vida. No es cuestión de fe. Es toda una forma de ser cultural, a la que tienen derecho.
“Los indígenas han ido quedando en el territorio menos productivo y la empresa avanza. A lo largo de toda su historia el pueblo huichol ha sido relegado; la diferencia con otros pueblos es que se había mantenido en territorios más inaccesibles, pero ya le tocó. Y en una época en que la aceleración de la explotación es mayor.
“Una religión como la huichola relaciona toda su vida íntima, cotidiana y social con la presencia de lo divino. No es ir a misa los domingos. Es vivir religiosamente. Para ellos, los dioses están presentes en todas partes, ¿no tienen derecho a eso?
Vivimos en una concepción absurda, que no corresponde a la realidad nacional; simplemente se da todo a la empresa, sin tomar en cuenta que México pertenece a los mexicanos. No nada más son lotes de tierra que pueden vender. El gobierno ni siquiera tiene conciencia de todo esto, tiene una mentalidad tan cerrada que no se da cuenta del mosaico cultural que significa México y ve al país como una fuente de ganancias, con la idea de que sólo funciona con capital extranjero y sacrifica todo en función de este dogma.