When you’re strange, una película de The Doors
D
esconfía de cualquier persona mayor de 30 años
. Este grito de la contracultura juvenil en los años 60 en Estados Unidos y Europa resume el nihilismo radical y la actitud provocadora de algunas canciones del grupo The Doors, particularmente de su figura central, el vocalista Jim Morrison. El director estadunidense Tom di Cillo (Johnny Suede, 1991; Viviendo en el olvido, 1995), conocido por su trabajo en comedias y series televisivas, organiza en When you’re strange. Una película de The Doors, el registro documental de toda una época y de un personaje controvertido, a partir de material de archivo poco conocido y de un trabajo de edición que destaca los momentos más emblemáticos de la corta carrera de su protagonista.
El joven de 22 años, lanzado a la fama instantánea con sus dos primeros álbumes, es un personaje proteico: cantante de rock, poeta lector de Nietzsche y de Rimbaud, cineasta amateur y seductor nato, adicto después al alcohol y a las droga, y, de modo apabullante, todo un fenómeno publicitario.
Las imágenes rescatadas y su recuento puntual y bien organizado no requerían de una microficción ambientada a manera de improvisado road movie, con un joven muy parecido a Morrison escuchando en un auto la noticia del fallecimiento del cantante. El recurso narrativo es pobre, incompleto y finalmente gratuito en un documental que sensatamente evita las entrevistas con los roqueros sobrevivientes o algún pesado comentario sobre los estragos de las drogas. Tom de Cillo evoca con inmediatez y ritmo muy ágil toda una época, la que él vivió de cerca como adolescente, y que según refiere la voz en off de Johnny Depp, comenzó violentamente con las ejecuciones de Ted Kennedy y Martin Luther King, con la efervescencia del movimiento por los derechos civiles y una guerra absurda en Vietnam, para culminar ominosamente con la llegada al poder de Richard Nixon y la maquinaria derechista republicana.
Entre los momentos más interesantes y reveladores del filme figuran la aparición de Jim Morrison en el programa televisivo de Ed Sullivan, y el desaire del cantante al no suprimir al aire la mitológica frase Enciende mi fuego
, o el polémico concierto de Miami con acusaciones policiacas de obscenidad e incitación al desorden, o los conciertos en New Haven y en la isla británica de Wight, con una estrella de rock incontrolable, sorprendida por el agotamiento acelerado de su energía síquica, renuente a escuchar otra voz que la suya, de no ser el místico murmullo de su alter ego, Jimbo, prefigurando el desenlace trágico. When you’re strange está muy lejos del estruendo de la biopic Los doors (Oliver Stone, 1991), pero de modo similar captura el fin de una época y el colapso de un gran mito de la contracultura.