Atenas, 16 de noviembre. Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, superó este miércoles su primer obstáculo al ganar una moción de confianza en el Parlamento, pero enfrenta la dura tarea de conservar el apoyo de los partidos políticos para alcanzar las reformas necesarias que eviten la bancarrota del país.

Al continuar las protestas de trabajadores públicos contra las medidas de austeridad que permitirán a Grecia permanecer en la zona del euro, empleados de la empresa estatal de electricidad DEI suspendieron el suministro de energía durante cuatro horas al Ministerio de Sanidad, en rechazo a la orden de cortar la luz a hogares que no paguen un impuesto inmobiliario recién creado, cuyo cobro se incluye en la factura de la electricidad. La DEI afirmó que el ministerio debe 3.8 millones de euros de luz.

El Parlamento de 300 escaños apoyó por 255 votos a favor al gobierno de unidad nacional que reúne a rivales acérrimos del partido socialista del ex presidente, Georgios Papandreu, el conservador Nueva Democracia y el partido de extrema derecha LAOS.

Pero, en un signo de las tensiones que tendrá que superar, el líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, volvió a negarse a ofrecer el compromiso por escrito que pide Bruselas respecto de que cumplirá los términos del último rescate a Grecia, estimado en 130 mil millones de euros, en una postura que sin duda molestará a los acreedores.

Las apuestas son muy altas para el gobierno de Papademos, quien en 2002 supervisó la entrada del país a la eurozona, cuando era gobernador del Banco de Grecia. Si Atenas entra en suspensión de pagos, él o su sucesor podrían tener que supervisar la salida.

Tratar con los problemas del país será más difícil si Grecia no es miembro de la eurozona, dijo Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo, en su comparecencia final ante el Parlamento antes de la votación de este miércoles.

Estoy seguro de que lo conseguiremos si estamos unidos, añadió el tecnócrata.

La primera tarea del gobierno es aprobar un nuevo presupuesto con subidas de impuestos y recortes de gastos, que desbloqueará el próximo tramo de ayuda financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que asciende a 8 mil millones de euros, para pagar las deudas que se cumplen el próximo mes.

Debemos adoptar medidas radicales para tratar con la crisis, como impulsar los recursos y la flexibilidad del fondo de rescate de la Unión Europea, y crear un marco más fuerte de gobernabilidad económica en la eurozona, dijo Papademos.

Los dos años de saga de deuda en Grecia se han convertido en una enorme crisis que amenaza la propia existencia del euro.

Los mercados mundiales y el euro volvieron a caer este miércoles después de que el BCE no logró cortar una oleada de venta de bonos en la eurozona comprando deuda soberana de los estados miembros.

Necesitamos rescatar al país, rectificar el camino, restaurar la integridad de la nación, dijo el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, al Parlamento.

Por su parte, el secretario general del sindicato de trabajadores de electricidad, Kostas Katsaros, demostró que para el gobierno el rescate no será nada fácil por la oposición de los ciudadanos y los trabajadores.

Tras la suspensión del suministro eléctrico al Ministerio de Salud, Katsaros reiteró que los trabajadores de su sindicato se niegan a cortar el suministro a personas de bajos ingresos que no puedan pagar el impuesto inmobiliario. La electricidad no puede ser usada como un chatanaje, afirmó el líder, quien añadió que la estatal DEI no es recaudadora de impuestos. Señaló también que el Estado tiene una adeuda con la empresa estatal de 141 millones de euros y es inaceptable que encima le pidan cobrar un impuesto que perjudicará a la población más pobre.