Arriaga, Chis., 12 de noviembre. En su penúltima jornada en México, las 33 madres centroamericanas que buscan a sus hijos migrantes desaparecidos recorrieron vías de tren y visitaron el penal de este municipio sin encontrar pistas de sus familiares.

Me voy decepcionada, porque nada me llevo, pero voy a seguir luchando hasta encontrar a mi hijo, dijo la nicaragüense Guadalupe García, cuyo familiar Blas Álvaro Rivas García, de 37 años, desapareció en 2003.

Aquí estaba la última vez que me habló por teléfono y por eso yo tenía esperanza de encontrar rastros de él, pero hasta ahora nada tengo, agregó, al tiempo de señalar que tiene cinco hijos.

El recorrido por las vías de tren fue encabezado por el cura Heyman Vázquez Medina, director del albergue Casa del Migrante. En este espacio los migrantes esperan la salida del ferrocarril hacia Ixtepec, Oaxaca, cuyo recorrido es de 12 horas, explicó a las mujeres.

Seguimos exigiendo que se suprima la visa, pero el gobierno no nos escucha, por eso hay que insistir. Si se suprime se reduciría la vulnerabilidad de los indocumentados, agregó.

El religioso aseveró que en el tren que partió a las 9 horas viajaban cerca de 300 indocumentados, lo que significa que el flujo migratorio no se ha reducido.

Más tarde, las 33 madres y activistas mexicanos se trasladaron al penal 13, en este municipio, donde dialogaron con varios internos pero tampoco encontraron pistas. Algunos les pidieron que exijan a las autoridades de sus países que intervengan porque están acusados de delitos que no cometieron.

Las mujeres sostuvieron después un encuentro con los cónsules de El Salvador, José Antonio Domínguez, y de Guatemala, Mario René González, y con personal de la Fiscalía para Migrantes. Luego, la caravana se dirigió a Tapachula, desde donde hoy por la tarde las integrantes regresarán a sus países.