Roma, 10 de noviembre. Italia aceleró el paso hoy hacia la formación de un nuevo gobierno creíble y capaz de tranquilizar a los mercados financieros en torno a la figura de Mario Monti, quien se desempeñó como comisario para la Competencia de la Unión Europea (UE) y cobró notoriedad la década pasada por su capacidad de enfrentar a los bancos y batallar contra los monopolios, para suceder como primer ministro al magnate Silvio Berlusconi.

La crisis política y económica que sacude a este país europeo aumentó el temor a una división en la zona euro, mientras Europa reconoció que no podría rescatar a la tercera mayor economía del continente, cuyos costos de financiamiento se mantenían a niveles casi insostenibles.

La posibilidad de un gobierno liderado por Monti constituye una respuesta a las autoridades de la UE que esperan de Italia gestos importantes, explicó el presidente italiano Giorgio Napolitano. El jefe de Estado, de 86 años, aceleró los tiempos para aprobar el paquete de medidas exigidas por la UE con el fin de calmar a los mercados, alarmados por la crisis de la deuda. Italia está ante un momento muy difícil y tiene que tomar decisiones delicadas, reconoció.

Pese a la dificultad para poner de acuerdo a todos los partidos, todo parece indicar que los parlamentarios optarán por un gobierno liderado por Monti en lugar de elecciones anticipadas, indicaron algunos analistas.

La víspera, Napolitano designó como senador vitalicio a Monti, en una clara señal de que había sido elegido como jefe de gobierno y hoy lo recibió en Roma, según un comunicado, que sólo se limitó a decir que el encuentro duró dos horas.

En una carta de felicitaciones enviada a Monti por su nombramiento como senador vitalicio, el conservador Berlusconi le deseó un fructuoso trabajo en el interés del país, un gesto claro de apoyo.

Napolitano dio garantías de que Berlusconi cumplirá su promesa de dimitir cuando el Parlamento apruebe reformas orientadas a calmar a los mercados.

El Cavaliere presentó el martes pasado su renuncia luego que perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados tras meses de severas críticas a su gobierno y a la gestión de la crisis económica y política que atraviesa la tercera economía de Europa.

La decisión de nombrar a Monti como premier será tomada el fin de semana o como máximo el próximo lunes, después que la Cámara de Diputados y el Senado adopten la llamada ley de estabilidad, con las medidas anticrisis para 2012 exigidas por la Unión Europea.

Las medidas incluyen la cesión de activos públicos para reducir la deuda, liberalización de la profesiones reglamentadas y la simplificación de procedimientos administrativos. Serán sometidas al voto del Senado de aquí al 18 de noviembre y de la Cámara de Diputados antes de que termine el mes.

La designación de Monti debe ser ratificada por la mayoría del Parlamento, aunque se sabe que no contará con el apoyo de la populista Liga Norte, hasta ahora aliada clave de Berlusconi y que anunció oficialmente su oposición.

La presión de los mercados en Italia sigue en aumento, la tasa de los bonos a 10 años llegó a 7.3 por ciento, aproximadamente los niveles observados cuando Irlanda, Portugal y Grecia se vieron obligados a buscar un rescate.

La crisis italiana llevó al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, a advertir sobre el peligro de una división en la zona euro.

No puede haber paz y prosperidad en el norte o en el oeste de Europa si no hay paz y prosperidad en el sur y el este, afirmó.

La canciller federal alemana, Angela Merkel, intervino con un llamado a la acción, al decir que la situación en Europa es tan desagradable que se requieren profundas reformas estructurales con rapidez al advertir que el resto del mundo no esperará.

BCE, el último bastión

El Banco Central Europeo, el único bastión efectivo contra los ataques de los mercados, intervino para comprar bonos italianos en grandes cantidades, pero sigue sin ir más allá.

Un funcionario de la zona euro dijo que el bloque no planea rescatar a Italia, que es considerada una economía demasiado grande como para ser ayudada por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Una asistencia financiera no está en los planes, afirmó el funcionario, quien pidió el anonimato, al agregar que el bloque ni siquiera considera extender una línea de crédito de precaución para Roma.

El presidente estadunidense Barack Obama habló con Napolitano y le expresó confianza en su liderazgo ante la agitación política y financiera en su país.