Lago de Guadalupe, estado de México. Para la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) la educación religiosa es un derecho humano y en ese contexto los padres de familia pueden demandar su impartición en las escuelas a sus representantes políticos, pero descartó tajantemente que la Iglesia católica, como institución, pretenda dar clases de religión en esos espacios, pues aseguró que sólo desea cooperar, desde su visión pastoral, a que la educación sea integral.

Alfonso Cortés Contreras, obispo de Cuernavaca y encargado de la Dimensión Pastoral Educativa de la CEM, señaló que la educación debe entender a la persona humana integralmente; la educación no puede decir yo te reconozco el derecho a lo económico, a la salud, a la cultura, a tu vida social y no te reconozco tu derecho humano a la religión, eso no puede ser educar. En un verdadero concepto de educación eso debe ser un derecho humano reconocido, de tal manera que si los padres de familia piden educación religiosa para sus hijos, que les paguen una escuela, que debe ser laica, pero no antirreligiosa, y los padres tienen todo el derecho natural, humano a pedir la educación religiosa para sus hijos.

En conferencia de prensa ofrecida con motivo de la 92 Asamblea Plenaria de la CEM, Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general de la Conferencia, y Cortés Contreras eludieron calificar los efectos que la actuación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de Elba Esther Gordillo. De acuerdo con los jerarcas, culpar a dicho gremio y a su lideresa de la crisis que vive el sistema educativo sería una respuesta muy reducida.

Aunque en esta 92 asamblea plenaria, la CEM parte del hecho de que se experimenta una emergencia educativa, la insistencia de los medios por saber la opinión de los obispos sobre el gremio magisterial derivó en que éstos consideraran que en materia educativa se está en un camino de cambio, y señalaron entre los aspectos positivos la aplicación de la prueba Enlace y de exámenes para la asignación de plazas a maestros.

Subrayaron que la Iglesia quiere ofrecer su palabra y su compromiso para mejorar el ámbito educativo mexicano.