La Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales para que el 2 de octubre de cada año el lábaro patrio sea izado a media asta, en homenaje a los caídos en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

Recordatorio del Poder Legislativo que llega 43 años después de los hechos; homenaje al número significativo de ciudadanos, la mayoría estudiantes, que resultaron muertos, heridos o detenidos por efectivos militares, mediante el uso indiscriminado de la fuerza.

De lado de los priístas no hubo intención de justificar los actos del pasado ni de hacer suya esa herencia a la que el PAN, en voz de Javier Corral, presidente de la Comisión de Gobernación, aludió como barbarie y represión gubernamental.

Por el contrario, el tricolor optó por marcar distancia de aquellos gobernantes, emanados de su partido, promotores de la masacre. El alineamiento de las fuerzas de ese entonces ha tenido tal grado de movilidad que no puede decirse que los mismos de ayer sean los mismos de ahora, justificó Beatriz Paredes (PRI).

Todas las fuerzas políticas se unieron así, sin rodeos, al homenaje a los caídos en la lucha por la democracia.

La aprobación de la reforma fue por unanimidad. Cero votos en contra, cero abstenciones, vía que tomaron los diputados para saldar una deuda histórica ante aquel acto de represión impulsado por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y los militares.

Paredes añadió que el juicio histórico sobre octubre de 68 existe y es implacable. Precisó, sin embargo, que esta declaratoria no debe ser un tema de confrontación sino de registro de un hecho histórico, a la memoria de lo que no puede volvernos a suceder. Las heridas de la historia sanan precisamente en la medida en que no las olvidemos, dijo.

Araceli Vázquez Camacho (PRD) subrayó la necesidad de que el PRI se haga cargo y que objetivamente acepte ese error histórico. Javier Corral (PAN) adujo que con la determinación del Poder Legislativo se saldará una deuda histórica con las mexicanas y mexicanos que cayeron en aquel acto de represión.

Pedro Vázquez González (PT) dijo que entonces, como ahora, no debemos permitir que el diálogo, instrumento supremo, se empantane.