n la linda plaza Carlos Pacheco, situada entre entre las calles de Luis Moya, Balderas y Ernesto Pugibet, se encuentran dos casonas barrocas, una de ellas que ostenta únicamente la fachada, alberga a la Academia de la Historia, la otra es la sede de la Casa de Cultura del Estado de Tamaulipas, que dirige Beatriz Macín. Atribuidas al notable arquitecto Lorenzo Rodríguez, autor del Sagrario de la Catedral, fueron trasladadas piedra por piedra desde su ubicación original, cercana a lo que actualmente es la esquina de Venustiano Carranza y la avenida Veinte de Noviembre, que hasta los años 30 del siglo XX fueron las calles de Capuchinas y San Bernardo.
Años después de realizarse la ampliación de Veinte de Noviembre se hizo el traslado, gracias a lo cual actualmente podemos disfrutar de los bellos inmuebles de colorido tezontle, adornado con cantera color arena. La que custodia la entidad norteña se encuentra en la esquina con Pugibet y perteneció al marqués de Guadalupe. Conserva un hermoso patio rodeado de columnas que se continúan en el segundo piso. El cubo de la elegante escalera luce un mural que muestra las diferentes regiones del estado, pintado por Pedro Bonda. Aquí se llevan a cabo actividades que buscan difundir y promover la cultura y el arte de Tamaulipas. En ello colabora la organización llamada Unidad Tamaulipeca, así como la asociación civil que agrupa a profesionistas del estado que radican en la ciudad de México, la cual participó en la creación del recinto.
Aquí organiza eventos frecuentemente la representación de Tamaulipas, que encabeza Juan Ángel Rivera. El área cultural, que dirige Carlos Quiroz, invita a paisanos cronistas e historiadores a impartir interesantes charlas que nos descubren las ricas tradiciones tamaulipecas, que guardan las particularidades de sus diferentes regiones.
El tampiqueño Fernando Hefty platica de la hermosa arquitectura afrancesada que conserva la ciudad, en la que destaca la antigua aduana con su estructura de hierro, en cuya barda se colocan los puestos que venden las famosas tortas de la barda
, que por la descripción son una comida completa.
El orgulloso tamaulipeco nos ilustra acerca de una región en la sierra llamada Tula, que conserva vestigios de haciendas ixtleras. De este sitio son oriundos algunos personajes históricos como Carmelita Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz; Francisco Vázquez Gómez, médico de cabecera del longevo gobernante. También nacieron aquí el capitán Lauro Villar, quien mató a Bernardo Reyes cuando éste atacó Palacio Nacional en el golpe contra Madero, y el liberal carrancista Alberto Carrera, de quien se dice que en 1913 hizo la primera ley de reparto agrario.
Con variadas regiones geográficas Tamaulipas tiene una buena oferta gastronómica: cabrito enchilado, discada, jaibas rellenas, huatape de camarón, gorditas de horno, atole de maíz de teja de Camargo, carne asada a la tampiqueña, gorditas huastecas, enchiladas tamaulipecas, atole de miel de maguey, el tradicional turrón elaborado en Tula. En la zona semiárida se consumen las exquisitas flores y frutos de distintas cactáceas: biznaga, pita cuya flor se nombra chocha
, la pitahaya y una variedad de tunas.
Tamaulipas es la tierra en donde nacieron las cueras
ese característico atuendo de cuero con flecos que tiene su leyenda, al igual que la música que los identifica, como la redoba, las polkas y el chotis.
Aquí, en la ciudad de México, tenemos oportunidad de saborear algunas especialidades tampiqueñas en El pescadito de Tampico. Es un luminoso y alegre restaurancito decorado con pintura mural de Arturo Marchand, que se encuentra adentro del Pabellón Polanco, situado entre Ejército Nacional y avenida Homero. El cheff Javier Reyes le prepara las famosas jaibas de distintas maneras: naturales, rellenas, a la Frank, en escabeche, y en pipián, que es al estilo huasteco, y muchos platillos mas.